──── 숲의 관심 ;
𝖢𝖠𝖱𝖤 𝖨𝖭 𝖳𝖧𝖤 𝖥𝖮𝖱𝖤𝖲𝖳.
⤷𝖢𝖴𝖨𝖣𝖠𝖣𝖮 𝖤𝖭 𝖤𝖫 𝖡𝖮𝖲𝖰𝖴𝖤.
❝ ── No te apartes del camino, recuérdate que hay lobos y puede ser muy peligroso.❞
⌗ 🌿 . . . Fanfiction.│OMEGA X.│AU.
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Tenía miedo de voltear y ver que era. Pero, tampoco iba a demostrar que el miedo me estaba comenzando a consumir.
Voltee de manera rápida y utilicé el cuchillo para defenderme; y justo cuando iba a darle en el rostro el tomó mi brazo derecho, en el cual sostenía el cuchillo.
Lo estaba viendo de frente; se veía totalmente distinto a hace rato. Ahora si parecía un humano, y que su cuerpo estaba completamente desnudo, podía ver absolutamente toda su piel blanca y también su cuerpo definido; quería defenderme, pero no podía mover mi brazo ni tampoco atacar.
—Suelta el cuchillo —me dijo él con una voz masculina y algo ronca ahora, y no aguda como anteriormente hizo.
—¡No! —respondí en negación a lo que me ordenó que hiciera.
—¡Te dije que lo soltaras! —dijo en voz más alta arrancándome de mi mano el cuchillo y soltándolo a algún lado del cuarto.
Un fuerte empujón de su parte hizo que me estampara contra la pared mientras que él sujetaba mis muñecas con sus manos y las pegaba también contra la pared de igual manera para así tampoco dejarme escapatoria. Listo, soy hombre muerto.
No podía verlo ni al rostro, estaba observando solo un punto fijo en la pared de al frente; sentía mis manos frías y como mis ojos se comenzaban a llenar de lágrimas, me sentía totalmente indefenso enfrente de él y no podía hacer absolutamente nada. Con una de sus manos, bajó mi capucha para nuevamente sujetarme la mano que soltó con velocidad y que volvió a atrapar. Luego él comenzó a oler mi cuello y no podía hacer nada para impedirlo; sabía que si hacia algo era yo el que iba a salir perdiendo.
Sentí un pequeño bulto chocar contra la parte baja de mi abdomen; luego me dí de cuenta que era una erección la que tenía este ser que ni que sabía que era. Para lo que podía describir yo, era un hombre lobo.
—Hueles a carne fresca... —dijo casi que en un susurro cercano a mi oído.
Un escalofrió recorrió toda mi espalda al escuchar eso. ¿Cómo no iba a tener miedo si me acababa de decir carne fresca?
Con el corazón casi que en la garganta hablé.
—Por favor... solo no me mates —sollocé mientras que algunas lágrimas comenzaban a salir. No quería morir, en serio, no quería ser comido por este ser.
—¿Y quién dijo que te iba a matar? —me contestó él.
¡ENTONCES QUE MIERDAS ME IBA A HACER!
Preferí quedarme en silencio y no decir nada por los momentos.
—Te ves apetitoso... —escuché que me dijo, luego sentí un leve mordisco en mi oreja lo cual hizo que me estremeciera un poco.
El soltó una de mis muñecas y yo solo bajé el brazo. Su mano ahora iba paseando por lo poco que se podía mostrar de mi cuello hasta que llego al único botón de mi caperuzo. Lo desabrochó y me lo quitó con cuidado.