N°2.

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Una vez conocí a una persona que estaba obsesionada con la mermelada. Un día me le acerqué y pregunté el porqué. Me dijo que hubo una vez en su vida, una persona que fue muy especial, casi que mejores amigos, si no es que lo eran, y a la cual le sucedió una tragedia. Iba de paseo a un prado, y de camino, se estrelló contra un auto que iba a alta velocidad. Nadie sobrevivió. Me dijo que, a él le gustaba la mermelada de fresa, y que cuando pasaban tiempo juntos, lo disfrutaban comiendo tarros de mermelada mientras veían videos de críticas a la sociedad, así que decidió que lo recordaría toda su vida de la forma en que más disfrutó estar vivo.

Cortos, pero profundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora