✿; Cinco

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Este capítulo esta dedicado a (melguf) te lo prometí y aquí estoy cumpliendolo. Te dedico este capítulo lindura, y aunque es un poco triste, el siguiente será más dulce, promesa.

Me pareció adorable de tú parte que preguntarás por las actualizaciones de esta historia y que me dijeras que te gustaban mis historias. En serio, me hizo muy feliz.

Eres de Brasil y aunque yo no hable tú idioma, me conmueve que me leas.

꒰⑅˖♡

Habían pasado unos pocos días. En esos días Gulf había pensando sobre lo que sentía por Mew y la verdad se estrelló en su cara; Mew le gustaba y demasiado.

Suspiró sentado en el gran sofá y abrazo el cojín. Trato de prestarle atención a su serie favorita. Los protagonistas eran tan adorables y Gulf ya los shippeaba juntos. Cuando se ponía a ver sus series de romance se imaginaba a él y Mew dándose besos, pero la realidad le daba de lleno en la cara, ya que quizás Mew nunca lo viera de modo romántico.

No era un humano, era un híbrido. Gulf dudaba que Mew quisiera una pareja así como él. Volvió a suspirar.

La situación lo tenía frustrado, no sabía que hacer. Quería ser valiente y confesarlo, pero la voz cobarde de su conciencia lo detenía de repente con un "No lo hagas. No te gustará saber la respuesta" y por eso no decía nada y mantenía a raya lo que sentía.

La idea de molestar, incomodar o hacer enfadar a su dueño le anudaban el estómago.

Mew era hermoso, un ser humano único y bueno. Y Gulf no quería perder la buena relación que tenían.

En las mañanas cuando esté dormía Gulf se colaba en su habitación a observarlo y si era posible caía más en los encantos de su Mewi, esté hacía adorables sonidos y tiraba las almohadas. Era una escena tierna y graciosa a la vez. También cuando esté trabajaba y se iba por horas, Gulf sufría demasiado y lo extrañaba todo el día y por eso en una ocasión había rasguñado los costosos cojines de Mew y sí, a su pobre dueño casi le dio un infarto y lo castigo porque Mew amaba sus caros cojines. Pero su molestia no duró mucho y después estaban en el sofá y Mew le acariciaba las orejas.

Gulf era tan feliz, después de tanto tiempo lo era y por eso no quería perder a Mew y menos por sus sentimientos, sin embargo sabía que en cualquier momento hablaría y lo sacaría todo. Le brindaría a Mew su corazón en bandeja de plata.

Trato de concentrarse en la serie por unos momentos para despejar su mente de los caóticos pensamientos, pero no le duró mucho al escuchar el sonido de los zapatos de Mew al bajar las escaleras. Su bonito dueño estaba vestido con un elegante traje negro hecho a su medida. Se veía tan elegante. Tan etéreo y perfecto.

Mew de inmediato se dirigió a la cocina y se sirvió cereal y un jugo de fruta y en minutos lo acabo. Gulf lo observaba como un vil espía, siempre que veía a su Mewi en trajes su saltarin corazón se aceleraba como un tonto, trataba de darse golpecitos para reprimir sus emociones pero estas se desataban en todo su interior sin poderlas parar.

Mew termino de lavar lo que ensució y enjuago sus manos. Después se dirigió a la sala y cuando sus ojos negros se encontraron con los bellos ojos esmeralda de Gulf, sonrió y el híbrido se derritió. Se sentía débil, tan débil por su bonito Mewi.

—¿Ya comiste?—pregunto y se acercó revolviendole el cabello—Porque puedo prepararte algo. De todas maneras sabes que toda la comida está en la nevera preparada y puedes calentarla en el microondas.

✿; Mi tigre exótico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora