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— ...Hay por Jesús. ¿Tú y Zach Mitchell? Que pequeño es el mundo — me detuvo antes de salir 
— ¿Por qué no dijiste nada cuando lo mencionamos? —

— Bueno, no quería que me vieran como la mala. Me es incómodo socializar y todo eso — me dio una palmada en la espalda 

— Tranquila, no lo pensaríamos. Julia es... Julia. Un día te cae bien y al otro no la soportas, pero la soportamos... Creo — me reí divertida — Hay algo más, ¿cierto? — 

Y, por primera vez, sentí que podía confiar en alguien, a pesar de conocerla de hace unas horas, que podría abrirme en forma de amistad...

— Si — confesé — Julia es linda, segura y yo... Soy yo — me miró con ternura 

— ¿Sabes? Yo era como tu cuando llegue. Sí, yo también fui la nueva, pero tuve a Tanner que ya estudiaba aquí. Creo que tu también necesitas a alguien y por suerte estamos nosotros — me dio un abrazo — Eres linda, demasiado, pero si comienzas a compararte así, nunca verás lo que en realidad eres. Primero vas tú, después los demás —

Sonreí y salimos de los baños. Me había arrastrado allí apenas terminó la clase, dejando a Tanner a un lado de su pupitre como tonto.

Cuando volvimos a los casilleros, Zach y Tanner nos esperaban allí, notablemente incómodos.

— Hola —

— ¿Dónde estaban?/¿Por qué me dejaron? — preguntaron ambos a la vez 

— Hola, Zach —

— Hola, Anne — asintió con la cabeza y se dirigió hacia mi — ¿Nos vamos? —

Tanner se indignó visiblemente, pero no dijo nada.

— Claro — me giré hacia ellos — Nos vemos — 

Caminamos en silencio hasta la cafetería y pedimos un batido.

— Tus compañeros... —

— Amigos — le corregí con una sonrisa, me la devolvió con entusiasmo

— ¿De verdad? —

— Por ahora se han ganado ese título —

— ¿Puedes des-titularlos? —

— Si, como a ti — se quedó a medio paso de beberse el batido 

— ¿Yo? —

— Si. Si alguien llega a decepcionarme o mentirme... — negué — No no. — asintió 

— Es bueno que pienses así. Te das tu lugar — se acercó y me dio un beso en la cabeza 

— Lo sé. — 

Nos mantuvimos en silencio, jugando con los popotes del batido y haciendo muecas raras. Divirtiéndonos a nuestra manera.

— ¿Por qué todos te miran como si tuvieras otra cabeza? ¿Es por lo del incidente en el parque? — pregunté incómoda con tanta atención 

— No solo me miran a mi —

— Si, pero lo hacen, ¿es por algo en especial? —

— Al principio si era por lo del parque, después dejé de ser el centro de atención — se calló y yo lo miré esperando a que hablara más — Bien. Digamos que no soy mucho de sonreír o estar con chicas públicamente. Solo con mis amigos —

— Ah, así que eras... ¿Cómo se dice? —

— ¿El chico rebelde? ¿No se enamora? Algo así —

Vacaciones En La Prehistoria [Zach Mitchell y tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora