Capítulo IX

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Pasó el fin de semana y era oficialmente el primer día de vacaciones y por fin Miss Juliana podía quedarse en la cama con su chica, esos lunes sí le gustaban; si bien no podía despertarse tarde, aprovecharía para quedarse acurrucada viendo dormir a Valentina.
La morena suspiraba mientras le hacía cariñitos a la ojiazul, comenzó a notar el movimiento y supo que no tardaría en despertar.

– Hola dormilona – le dijo mientras le acunaba su mejilla.

– Buenos días, mi amor. ¿Llevas mucho despierta?

– Masomenos, ya sabes, el reloj biológico – respondió torciendo su boca en desagrado.

– Auch, bueno, al menos no tienes que levantarte y puedes quedarte acurrucada conmigo – contestó mientras la rodeaba con sus brazos y la llenaba de besitos.

– Y puedo verte mientras duermes, amo eso.

– Ok, señorita fetiches...

– ¡Val! Claro que no, es solo porque realmente luces hermosa y muy tierna.

– ¿Y cuando estoy despierta no luzco así? – Preguntó fingiendo indignación, le encantaba meter en aprietos a su chica.

– Ash, sabes a lo que me refiero, Val.

– Lo sé, cállate y bésame – dijo la ojiazul mientras apretaba a Juliana en un beso que poco a poco fue subiendo de tono, después de todo, había que aprovechar.
Valentina no perdió tiempo y le quitó la playera del pijama a Juliana que para ese momento se encontraba sobre ella ofreciéndole una de sus vistas favoritas en el mundo.

La ojiazul acarició con delicadeza sus senos, dejando escapar pequeños gemidos en ambas. Juliana detuvo los movimientos para liberar a Valentina de su camisón dejándola solo en sus panties.

– Tengo muchas ganas de coger contigo, no me importa haberlo hecho anoche – Susurró en su oído la morena mientras le dejaba un camino de besos desde su oreja hasta el nacimiento de su cuello.

– Me encanta cuando hablas así...– Respondió la ojiazul entre jadeos.

– Creo que estoy ovulando, eso siempre me pone bastante caliente, Val.

– Mmhh...Tengo – beso– unas cuantas ideas – beso – para solucionarlo...

Valentina les dio la vuelta dejando a Juliana acostada en la cama, con sus manos le pidió ayuda para que elevara sus caderas y pudiera quitarle sus pantalones y sus panties.
La morena soltó un jadeo placentero cuando se sintió en total desnudez y más al ver como la ojiazul la devoraba con su mirada.

Valentina no perdió el tiempo, comenzó acercando su boca para brindarle atención a esos firmes senos, dejaba pequeños besos húmedos alrededor de un pezón mientras con su mano acariciaba el otro. Los movimientos de cadera de Juliana no se hicieron esperar, el choque generaba en Valentina su propia ola de placer, por lo que incrementó las maravillas que estaba haciendo con su lengua. Las manos de la maestra acariciaban los senos de la rubia, por lo que ambas estaban recibiendo sus dosis personales de placer.

En un movimiento intrépido y que resultó bastante sexy, Juliana tomó la mano de Valentina y la dirigió a su centro; la ojiazul gruñó de placer al sentir lo preparada que se encontraba su chica.

Comenzó con sus caricias mientras con su boca brindaba atención al otro seno, la morena se deshacía entre jadeos y gemidos; Valentina dirigió su boca hacia su paraíso privado y lo besó con sumo cuidado y detalle, disfrutaba como Juliana comenzaba a moverse cada vez más rápido por lo que sin perder más tiempo, la penetró.

– Oh Val...sí...sí...– Gemía mientras se movía al ritmo de las embestidas de Valentina.

La ojiazul sentía que ella misma iba a explotar de placer, necesitaba hacer algo para satisfacerse, por lo que con su mano libre comenzó a autocomplacerse, cosa que no pasó desapercibida para Juliana.

Mi hogar para siempre | Juliantina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora