Prólogo

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El fuego empieza a verse borroso a causa de el humo que tapa mi vista, mis pulmones están dejando de funcionar, el aire me falta y estoy seguro que uno de ellos está perforado... en un principio el dolor era peor que un infierno pero ahora, ni siquiera siento nada; no era sólo un pulmón recuerdo haber perdido más partes de mi cuerpo... Creo, mi memoria me falla, apenas y puedo recordar cómo llegué aquí.
Una voz, gritaba sobre una... trampa?... Qué hago aquí?; Espera, veo algo... Más bien alguien, es a una jóven, apenas la distingo y no puedo evitar sonreír "hola... tú, cu-anto... tiempo" es lo único que mi débil voz pudo decir, la chica me sonríe antes de acercarse a mi atravesando el humo y la ceniza.

Cuando su figura se encuentra delante mío agachada, escucho su suave voz llamándome "Ander... Ander, aguanta un poco más, ya vienen...", El constante pitido en mis oídos desaparece trayendo consigo una estampida de ruido, sonidos metálicos colapsando entre sí, además de distinguir con mi borrosa vista pedazos de algo gigante cayendo, entonces la chica se vuelve borrosa y su voz ya no es suave ni tranquila, ahora suena más mayor y me dice algo con desesperación, ya no entiendo más que gritos y apenas sollozos, luego todo es oscuro y lo último que distingo...

—¡¡Ander, Ander despierta!!—.

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La situación no tardó en convertirse en tema de conversación, uno de los edificios pertenecientes a una de las compañías más poderosas del país había colapsado, de alguna forma el número de perdidas eran pocas en comparación a heridos, algo anormal teniendo en cuenta que según las noticias, todos los que se encontraban dentro del edificio habían sido sellados en el interior; el hospital estaba en aprietos pues si bien hubieron pocas bajas qué seguía siendo depresivo, los heridos no estaban en buen estado para nada.

Había un paciente en general qué había sido el objetivo de las noticias debido a su desgarrador estado, pero que de manera milagrosa se había mantenido vivo, los doctores habían dicho que su vitalidad no tenía nada que ver con ellos, de hecho no había nada que podían hacer con la tecnología que tenían, pero de alguna forma el chico de pelo azabache se había aferrado con sus débiles dedos a la vida; el hospital se encargó de ubicarlo en un cuarto especial y alejado de la prensa para mayor seguridad, afuera doctores, médicos y enfermeros discutían con curiosidad su caso mientras en la sala una mujer de buena apariencias para su edad lloraba devastada por su hijo, entonces uno de los doctores notó algo durante el análisis y escaneo del paciente que lo dejó en shock, regresando a sus cabales corrió con el resto de personal extasiado soltando de imprevisto el sorprendente descubrimiento.

—¡Escuchen todos... El chico... Su código fue... reescrito y restaurado!— Dijo el pobre entre jadeos, por un momento todo lo que se escuchaba era el sonido del ECG que registraba los latidos del chico, entonces las voces regresaron mas energéticas.

A la mañana siguiente, la mujer quién no se alejó de su lugar en ningún momento se encontraba viendo desde el cristal a su tesoro, sus ojos cansados y vacíos contemplaban a su hijo mientras su mente se encontraban en blanco, después de un rato sintió una mano en su hombro, no volteó en ningún segundo, entonces la voz del doctor le habló.

—Señorita Daenai hay unas personas que quieren hablar con usted— Ella no se inmutó.

—...Dicen que pueden salvar a su hijo— Dijo el doctor, la mujer por fin había reaccionado, de manera brusca volteó al doctor con una mirada que le decía que la llevará directamente con ésas personas.

El doctor pareció entender, pues después de asentir con la cabeza le pidió que le siguiera. Una vez en el lugar la mujer se encontró de frente con un anciano bien vestido, y a su lado una mujer un par de años más joven que ella vistiendo traje y gafas negras... La fachada de una guardaespaldas, muy dentro de ella sabía que se trataba de éste hombre, y por más que odiara la idea de dejar a su hijo en manos de el anciano, no le quedaba otra alternativa, no podía perder a otro mas.

—Es un honor conocer a la esposa de la cabeza de la familia "Daenai"—

—Ha pasado tiempo señor Harrison, me imagino que viene por lo mismo de siempre... Y ya sabe cuál es mi respuesta—Dijo la señora, sabía que está vez ésa respuesta no sería la misma pero debía permanecer recta hasta el final.

—No te aferres al chico Danae, sabes muy bien que está vez no puedes negarme, nació con un don espe-

—¡¡Soy su madre, cómo me pides que haga éso con mi propio hijo, suficiente tiene con el trabajo que le obligó a hacer su padre!!— Danae había estallado, no podía perder a su pequeño por un estúpido ideal pensaba ella.

—¡¡Tú hijo ya ha manchado sus manos, recapacita mujer, o me lo encargas a mí o perderás a otro miembro de tu familia!!— El anciano le estaba haciendo hervir la sangre, pero por más que le doliera esté era el destino que se había sido elegido para su hijo desde su embarazo.

—¡¡Recapacita tu, anciano insensible, es por ésa razón que no puedo dártelo, no pienso perderlo por tu estúpido ideal de héroe salvador!!— Danae sentía que las lágrimas de frustración estaban empezando a picar sus mejillas.

La guardaespaldas quién se había mantenido en silencio todo el tiempo, decidió aclarar su garganta para llamar la atención y calmar las aguas, entonces habló.

—Primero que nada, tu manera de hablar no ayuda viejo loco— Menciono con seriedad y severidad la mujer mirando con irritación al anciano —Segundo, Dana ... tu hijo está en estado crítico incluso ahora, sabés que no encontrarás a nadie además de nosotros que puedan salvarlo, menos por mera moral— añadió la mujer.

—¡Pero Edith, es mi hij—

—Y morirá si no tomas una decisión... Mirá, ya sabíamos todos su futuro en cuanto nació, Harrison te permitió ocultarlo y criarlo a cambio de trabajar para el idiota de Daenai— El ambiente se había calmado un poco, y los tres se encontraban pensantes por la situacion.

—Escucha niña, no podemos esperar más, el enemigo está avanzando más, el derrumbe fue sólo una parte de su plan— Habló el anciano con una voz más tranquila.

—...

—Ander nació con un potencial que sólo los más fuertes y poderosos tienen, sí, es joven, pero es la clave para cambiar el curso de la historia— Danae ya calmada se había sentado en un sillón que se encontraba en la habitación.

—El chico siempre quiso ser un héroe y sabés quién le inculcó ése sueño, recuerdas lo que le dijo a Ander antes de... bueno, ya sabes— Habló la más jóven.

—... Aún me persiguen las palabras que dijo Ander cuando llegó llorando hacía mi— Danae no podía evitar sentir dolor al recordar ésa tragedia.

—Por favor Dana, dejá que nos encarguemos de el, es nuestra única esperanza— Dijo Edith.

—...Yo— La mujer solo mordía sus labios en frustración por el conflicto que tenía con ella misma.

—Prometo que lo protegeré con mi vida... y si no cumplo, mátame con tu daga— Aquella declaración tomó por desprevenidos a los dos mayores quienes miraban con sorpresa a la guardaespaldas.

—Solo... déjenme despedirme de el— finalmente había cedido Danae, después de recuperarse de las palabras de Edith.

—Te prometo que no será la última vez que veas al niño, mujer— Dijo el anciano.

—Más vale que así sea Harrison o juró que te mato— Al final dolía haber cedido a su mayor temor, pero sabía que era éso o no poder cumplir la promesa que hizo su hijo con aquella persona

—¡Esa si es la mocosa que entrené!— Celebró el anciano, y así el procesó de traslado de el jóven herido empezó sin problema alguno.

Dana se había despedido de su hijo inconsciente una hora antes de que se lo llevaran, lo encapsularon y subieron a una nave de carga listo pará ser tratado, se había asegurado que ningún periodista o entrometido estuviese presente y una escolta rodeaba al chico por su seguridad, todo esto pasó hace dos semanas el lunes, ahora el arma secreta de la rebelión estaba casi al 100 por ciento recuperado, pero aún inconsciente, su cuerpo despedazado había sido recuperado en su totalidad gracias al tratamiento de regeneración celular que se le había aplicado, solo quedaba esperar a que un nuevo héroe despierte... Entonces en ese mismo lugar y en otro laboratorio al otro lado del mundo pasó un acontecimiento sin precedentes.

"BIENVENIDO A LA SAGA ARGO"

Argo: Los seis de PerseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora