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Camino apresurada por el festival buscando a mis compañeros, muevo la cabeza de un lado a otro preocupada por encontrarlos, cuando la cabellera pelirroja de mi mejor amiga aparece a la vista y un suspiro aliviado escapa de mis labios. Alzo la mano para saludar, pero tan pronto veo la siguiente escena, me detengo en seco.
Desde la lejanía, petrificada en el lugar, observo con el corazón apretado a las dos personas más importantes para mí. "Solo están bailando, no es algo por lo que sorprenderse", repito en mi cabeza tratando de convencerme.
Ambos tomados de las manos, sonriendo felices, con sus rostros acercándose cada vez más a medida que pasan los segundos, embelesados se miran a los ojos.
Quedando a centímetros de distancia, inmersos en el pequeño mundo que han creado a pesar del concurrido lugar. Siento los latidos del corazón palpitando en mi cabeza, la ruidosa música ha pasado a segundo plano y como si de una pesadilla se tratara, esos dos terminan por acortar aún más la distancia, hasta que sus labios están por rozarse.
La fiesta organizada por la compañía Solsticio de Otoño, se volvió una tragedia al momento de presenciar la traición: mi novio y mi mejor amiga juntos, a punto de besarse.
Quiero moverme pero las piernas no responden a mi llamado, pareciera que están pegadas en el lugar. Como una tonta lo único que puedo hacer es observarlos en la distancia. Mis mejillas comienzan a humedecerse. Escondida entre la multitud, observo de forma ralentizada como se besan. Un manantial de sentimientos desagradables crean una bahorrina con mis lágrimas, volviendo las emociones un caos, dejando que el odio me controle.
Los fuegos artificiales impactan en el cielo, tiñendo la oscura noche de hermosos colores. Vuelvo a la realidad a causa del estallido y una ira incandescente hace hervir todo mi cuerpo. El calor nubla mis sentidos, impidiéndome pensar con claridad. Apresurada camino con garbo, recortando la distancia que nos separa. Tan pronto alejan sus rostros, mi puño se estrella con la mejilla del hombre.
Arruinando el ambiente agradable del festival, las personas de alrededor se nos quedan viendo sin entender, mientras que algunos se alejan temiendo problemas, otros creen que es más interesante y comienzan a rodear el lugar. Debido a la sorpresa del golpe, ambos terminaron en el suelo por estar abrazados, me acerco a paso lento y lo primero que distinguen al recuperar la compostura son mis tacones. Alzan los ojos y me ven impactados. Con el temor marcado en sus rostros.
—Hemos terminado.
Observo altanera a los dos. Con una mirada cargada de odio me dispongo a salir del festival con la cabeza alta. Los murmullos no se hacen esperar y sonrisas burlonas inundan el lugar, señalando con el dedo a las dos personas tiradas en el suelo.
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