Capítulo 8: Contigo.

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- Tengo que disculparme con usted - dije.

- ¿Es por la falta que lo hizo renunciar? - pregunto.

- En parte... me disculpo por el comportamiento que tuve con usted, no debí comportarme tan mal cuando me enteré de la ayuda que estaba teniendo con mi familia; debí estar agradecido por su gran ayuda, pero yo lo rechace y lo ofendí de la peor manera - dije.

- No lo hizo - dijo - yo lo hice, dije cosas que no debía. Me disculpo por las palabras ofensivas que le dije, no era mi derecho decirle semejantes cosas.

- Eran cosas demasiado ciertas, me dijo las cosas correctas - dije.

- No, y debí de haber sido menos impulsivo, también debí de haber sido más cuidadoso con mis impulsos ese día que llego a casa - dijo.

- ¿La noche que lo desobedecí? - pregunte.

- Estaba en su derecho en huir de esa manera a donde fuera que hubiera ido, no tenia el poder de prohibirle algo así, pensé que lo protegería, pero no lo hice. Empeore las cosas cuando lo... - no termino de hablar, se quedo callado y dejo de mirarme para ver una pared - no tenia el derecho a hacer algo así.

- No fue su culpa, yo también tuve la culpa es todo esto - dije - yo no debí huir de esa manera, fue inmaduro hacerlo, y sobre el... el beso, yo fui quien termino de hacer aquello - no pude evitar sonreír al recordar ese momento - yo no debí decirle tantas cosas malas, siendo sincero, fue un grande error rechazarlo...

- ¿Un error? - pregunto - yo pensé que era un error haber dicho lo que usted me provocaba, un impulso que no debió ser.

- No fue un error haber dicho lo que usted sentía, fue un error haber dejado las cosas de esa manera, el no haber dicho que realmente muero por usted - dije. 

El corazón me latía a toda velocidad, estaba demasiado nervioso he ido por aquellas palabras, palabras que me atreví a decir, cosas que debían quedarse guardadas en mis adentros, cosas que nunca más deberían salir a flote. 

- ¿Está ebrio? - pregunto. 

Eso era lo que me faltaba... no había tomado ni una pizca de alcohol en todo lo que transcurrió de día, no había tomado desde las pequeñas vacaciones de verano que pase con los mongoles. 

- No, no lo estoy - conteste - me disculpo, pensé que era un buen momento para decirlo... debería alegrarme saber que ya no tiene las mismas intensiones que antes, pero siendo sincero, me decepcionan. 

Era como yo había pensado, él ya no sentía nada por mi y yo estaba siendo egoísta al forzar algo tan vinil, por eso me fui, para no afrontar este tema una vez más, pero pareciera que yo mismo me contradigo. 

- Nunca dije que mis intensiones hubieran cambiado - dijo - tan sólo perdí la esperanza en usted: su carácter no favoreció en nada, siempre fue reacio hacia mi y... con sus allegados eran sonrisas y risas... pero saber que su pensamiento a cambiado... me alegra demasiado. 

- Yo ya no puedo seguir con esto - susurre - muchas cosas cambiaron, y como usted sabe, los rumores y demás están esparcidos por todos lados, lo que no favorece en nada este problema. 

- ¿Y seguirá esos rumores? - pregunto - nadie tiene el derecho de decirnos que debemos hacer - dijo. 

- La muerte si - conteste. 

- Si así fuera, le aseguro que, hasta en el más allá iría tras usted - dijo. 

Se acerco a mi, cortando cualquier distancia que hubiera existido entre los dos, tomo de mi mentón y lo levanto un poco, obligándome a mirarle fijamente. En sus ojos estaba ese pequeño brillo que mucho antes había notado; el resplandor de sus ojos era tan real, podía mirarme en ellos. 

[ENHYPEN] ForgiveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora