Capítulo 1: Comienzo.

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La desafortunada esclavitud en Corea fue el detonante de los más altos rangos para inmigrar a un país desconocido, uno que daba la esperanza de una mejor vida para sus familias, en especial de sus primogénitos. Kim Sunwoo, uno de los tantos varones, hijos de una de las tantas familias influyentes de la época; un joven simpático, tierno y honesto. Park Sunghoon, otro de aquellos varones herederos, y el más popular de ellos; un joven atento y lleno de rarezas, deseos y esperanzas frustradas.

Un buen comienzo con el cual tener una buena vida, sin desgracias y amenazas.

Esta historia es ficticia, así que si me equivoco en algunos aspectos de la época o cosas que cronológicamente no pasaron en el momento que lo describo o que realmente no pasaron, recuerden que es algo ficticio. Sin más que esas advertencias, disfruten de esta lectura:

Caminaba por un largo y oscuro pasillo, acercándome más y más a la única luz visible al fondo de ese pasillo. Entre más cerca estaba, más notaba el rostro de un hombre joven y apuesto, quien me miraba de una forma un tanto peculiar, ¿Deseo? Tal vez.

- ¿Quién eres? - le pregunté. No respondió. Pregunte de nuevo - ¿Quién eres? - nada.

Curioso de saber más, estiré mi brazo, intentando alcanzar su bello rostro... Más oscuridad.

Desde que había llegado aquí, todos los días eran lo mismo; el mismo sueño. En un principio quise pensar que era algún extraño pensamiento en mi inconsciente, pero conforme los días pasaban comencé a pensar en la posibilidad de alguna advertencia sobre mi futuro, algo absurdo, lo sé.

- Debería empezar a buscar un trabajo, señor - dijo mi madre.

- Madre, sabe que no me gusta que usted me llame de esa forma - dije.

- Es lo correcto. Eres el señor de la casa, debe ser llamado de la forma más apropiada - dijo - su padre lo habría querido así - replicó una vez más.

- Tiene razón, madre, él lo habría querido así - dije.

La verdad era la más cruel y deshumana a mi criterio; del hombre que heredó mi título, era un ser sombrío y sin calidez hacia sus propios hijos, con insultos y golpes que dar. Sí él lo hubiera elegido, hubiera elegido a su hijo menor, quien era el ideal de lo que un hombre debía ser en su criterio; un hombre alto, apuesto, fuerte, y sobre todo, con carácter fuerte. Kim Sunhyun era el hijo perfecto. En comparación, yo era de baja estatura, era apuesto a mi parecer pero para mi padre era sólo un afeminado. Era sensible, no podía controlar del todo mis emociones y era fácil adivinar mi estado emocional. No era demasiado fuerte y no planeaba serlo, o seguiría su absurdo ideal.

- Mr. Wilson me comentó de un puesto libre en su panadería, la paga no es mucha, pero es suficiente para los gastos de esta casa - dijo, insistiendo en su propuesta.

- Visitare a Mr. Wilson por la mañana, no se preocupe madre - dije - le agradezco la comida - me levanté de la mesa, dejando mi plato en el fregadero - duerma bien, buenas noches - le dije antes de subir al segundo piso y recostarme en mi cama.

Por la mañana, desperté con el incesante golpeteo de la puerta de mi habitación, imaginando de quien vendría ese nefasto sonido, abrí la puerta con pereza.

- ¿Qué quieres Hyun? - le pregunté.

- ¿Acaso has visto la hora? - me pregunto. Negué con la cabeza - son las 6:30 a.m. - replicó - deberías estar en la panadería en este momento.

- Y tú en la construcción - le dije - mejor preocúpate por tus asuntos - le conteste antes de cerrar de nuevo la puerta.

Cansado, me vestí y bajé al comedor, donde me esperaba mi madre que tejía una sábana.

[ENHYPEN] ForgiveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora