3;Reviens vite

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"Lo siento, Teresia."

Cerre mis ojos.

"Mirame"

Mi cuerpo se estremeció.

"Mirame Teresia"

No, no, no lo hagas. Teresia. O verá a través de tu alma. A través de las mentiras que dices.

"Yo me encargaré de lo que paso hoy"

El dejo de insistir.

Dices que te encargaras.

Aunque no debes, aunque no es tu obligación.

No te dije nada porque estoy segura que su majestad dijo eso por la bailarina.

"Confía en mi"

Me mantuve en silencio.

Su Majestad me pregunto si podia descansar en mi habitación esta noche. Como podría negarme, ni siquiera compartimos una cama el dia que juramos pasar el resto de nuestra vida juntos.

Esa vez no pasamos la noche juntos, ni nos levantamos juntos.

"Se que no me amas, asi que no te sientas obligada a hacer algo que odias."

Pero yo no lo odiaba majestad. Lo admiraba. Usted que tuvo que reclamar su lugar porque todos estaban en su contra. Usted que salvo a Obelia aun si tenía que convertirse en un villano. Usted que busco la felicidad de otros menos la suya.
Decidí no aumentar su carga. Con mis inútiles sentimientos. Además, si usted dijo eso fue porque tampoco lo quería.

¿Quien amaría a alguien como yo?

Asi que solo asentí y me tape con las sábanas. Recuerdo que te recostaste en el sillón. Y a media noche caminando de puntillas coloque una frazada encima de su cuerpo y fue la segunda vez que pude ver su rostro tan de cerca.

Sabía que era mi deber darle un heredero, no solo por usted y Obelia, también por mi padre, mi hermano y mi pueblo al que solo les cause dolor. Pero no podía obligarlo a usted, se que dijo eso porque es una persona amable, la persona mas amable que he conocido. Si hubiera dicho que quería solo le habría hecho pasar por una experiencia horrible.
Cuando me levante al día siguiente, estaba en la cómoda cama sola. Su majestad, es una persona muy trabajadora asi que empieza sus deberes temprano. Que mala imagen habia dado el primer día.

"Como guste, su majestad."

Comencé a sentir algo en el estómago, y senti como mi voz salió diferente. Mis piernas se sienten débiles y quiero mantener mis manos ocupadas para que no note mi falta de compostura.

El esta actuando como siempre.

"Llamare a una sirvienta para que le traiga un cambio de ropa."

No espere y camine rápidamente hacia la puerta. Pero el me sostuvo por detrás, agarro mi mano que estaba sobre manija de la puerta, la presionó suavemente y podía sentir su pecho contra mi espalda, su respiración en mi oreja, sus labios tan cerca de mi.

"Quédate."

Su brazo derecho envolvió mi cintura por completo y sus largos dedos envolvieron los mios. Mi corazón se acelero, mi piel ardía y mi respiración se detuvo por un instante.

El coloco su cabeza en mi hombro, mientras olfateaba mi cuello y sentía sus labios tocando mi piel, lo acaricie con mi mano libre, fue instintivo, como si estuviera destinado a ser, pase mi mano sobre su cabeza suavemente y continúe fue como calmar a un cachorro que busca atención.

"Entonces... Me quedare."

El no me dejo ir. Me abrazo más.

Seguí acariciando su suave cabello. Su Majestad, tiene un hermoso cabello dorado.

Idéntico al de ella

¿Debería cambiar el color de mi cabello? ¿Mis ojos tampoco son lindos, debería cambiarlo?

Con magia. Puedo hacerlo.

Pero en mi feo rostro, se vería igual de encantador...

No. Definitivamente no.

Que tan codiciosa, puedo ser.

"¿Por qué te detienes?"

"Ah-"

El inclino su rostro para mirarme.

Sus labios están muy cerca. Su aliento, su aroma, siento que me asfixia.

"¿En que estas pensando?"

Dice mientras acaricia mi mano que comenzó a apretar la manija cuando esos pensamientos invadieron mi mente.

"No es nada"

Su majestad ya esta al tanto de mis emociones, pero aun asi decidí negarlo.

"No me mientas"

El giro mi cuerpo, para que lo mirara directamente, para que dejara de mentir obstinadamente frente a el.

Sus brazos dejaron mi cintura. Su mano solto la mia.

Tu calor dejo mi frío cuerpo.

Antes que pudiera comenzar a extrañar el suave toque de su majestad sus manos se dirigieron a mi rostro.

"No me mientas, Teresia"

Tus ojos, tus preciosos ojos brillantes como joyas. Miraron mis fríos ojos morados.

"¿Puedes decirme que te inquieta tanto?"

Lo siento mucho Majestad.

Lo siento por amarte tanto.

Lo siento por no ser una buena compañera.

Lo siento por ser tan codiciosa.

Lo siento por no ser feliz solo con estar a tu lado.

Lo siento porque todo es culpa mia.

"¿Qué es lo que hace que te lastimes así?"

El tomo mis manos y paso la punta de sus dedos sobre los cortes en la palma de mi mano. Cortes de apretar con demasiada fuerza, también tenia heridas de escribir toda el dia sin descansar y sangre de morder la carne de mis dedos.

"Es hora de ir a la cama, majestad"

Sujete sus manos y jale su cuerpo hacia mi.

Por favor majestad. Por favor.

"Vamos a dormir"

Déjame ser terca una vez mas.

"Teresia"

Su voz ronca hace temblar mi cuerpo.

"Su majestad, debe descansar"

Me pare de puntas y bese rápidamente su mejilla.

"Por favor, vamos a la cama"

The Other Woman - Princesa Encantadora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora