C-3

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Mark esta haciendo la maleta en su habitación, muy de mala gana. Yo me fumo un cigarro en mi despacho, con mi pequeña maleta ya preparada, no necesito mucho, con mi equipaje de mano es más que suficiente.

Mi hijo se planta frente a mí -Papá, ya acabé.

-Bien, vamos con tiempo.


Llegamos al aeropuerto, y desayunamos juntos en la cafetería, en silencio, le ayudo a facturar las maletas, y al despedirme le doy un abrazo, él se va a España con sus primos, le he dejado trescientos euros, y le he dicho que no los gaste de golpe.


Lo miro y le digo: -En el fondo sabes que debo hacerlo, cuando vuelva seguramente no tendré que preocuparme de volver a trabajar nunca más.


-Lo sé, pero no quería esto, tengo amigos aquí.


-Podrás volver cuándo cumplas la mayoría de edad, ya lo sabes.


-Sí, chao papá.


-Intenta descansar en el viaje.


-Claro...- se da la vuelta y se va. Miro como se aleja entre la multitud de personas que se van de su hogar. A mi lado veo una pareja de enamorados despidiéndose con un envidiable beso. Cojo mi escasa maleta y salgo a la puerta del aeropuerto a fumarme el último cigarro en mi ciudad.


Lleno mis pulmones del cancerígeno humo sentado en un banquito, esperaba la llegada del hombre que tengo ahora delante, vestido de traje, el pelo rubio repeinado hacia atrás, aparenta unos cuarenta, alto, y delgado. Me mira con sus pequeños ojos azules y me comienza a hablar -¿Es usted Morfeo Hiedrick?


-Así es- respondo no demasiado animado, fingiendo una sonrisa -Yo soy Edward Travis, el representante de ACTM que le va a acompañar en el viaje- me entrega una tarjeta con su nombre, numero y rango en la empresa, y pone en letras grandes las siglas "ACTM". Le tiendo la mano -Encantado, Travis, puedes tratarme de tú a tú, si lo prefieres.


-Está bien, mejor así ¿Has facturado ya las maletas?


-Solo tengo equipaje de mano.


-Entonces aun queda algo de tiempo- veo que se sienta a mi lado mientras busca algo en sus bolsillos -¿Quieres un cigarro?


-Sí, gracias, se me quedaron en casa.


Estamos unos minutos sin decir nada, hasta que intento entablar un tema de conversación -¿Que tal es el sitio al que voy a ir a trabajar?


-Bueno, es como una enorme cárcel subterránea, pero tiene una sala de simulación de paisajes, un bar, una sala de juegos con billares, futbolines, mesas de ping-pong y una cancha de tenis, fútbol y baloncesto.


-Bueno, algo es algo.


-Muchos de los hombres y mujeres que viven allí hacen su vida en aquel sitio, algunos se han casado, eso sí, no se les permite tener hijos dentro del complejo.

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⏰ Última actualización: Jun 01, 2015 ⏰

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El sueño de HiedrickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora