Capítulo_1 : ¿ Por qué ?

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Mi nombre es Ezis, tengo 18 años y esta es mi historia de mierda :)

Crecí en el seno de una familia por así decirlo disfuncional, mi padre a mis siete años dejó mi hogar llevándose con él la felicidad que aparentemente caracterizaba las cuatro paredes que lo conformaban.

¿ Por qué ?

Desde ese día algo cambió en mí, dejé de mostrar interés en juguetes, amigos y en cualquier medio de entretenimiento más allá de observar, solo observar.

El porqué, la razón de que mi padre se hubiera largado de aquella casa era mi medio de entretenimiento insano, no lo entendía a aquella edad y eso me causaba aún mas intriga.

Las cosas en mi entorno familiar, ahora de dos ( abuela y madre ) se agravaron con el tiempo. Comenzaron las discuciones, tornándose acaloradas, y yo solo observaba como se insultaban e incluso golpeaban sin ningún reparo.

¿ Por qué ?

Era normal llegar de la escuela a casa y escuchar a mi abuela llamando puta a mi mamá, no entendía y quería entener el porqué.

¿ Había hecho algo malo ?

Todo se venía abajo en mi pequeño mundo sin colores.

Una tarde recién cumplido los 12 llegué a casa de la biblioteca.

- ¿ Abuela estás ? Me dijo la vecina si querías... ¿ abuela ?

Se encontraba recostada sobre la mesa del comedor envuelta en sollozos.

- Abuela, mírame ¿ que sucedió ? - la tomo del rostro con ambas manos.

- Tu madre... tu madre dice que se irá...

- ¿ Cómo que se irá ? no entiendo, toma un poco de agua - le acerco un vaso - despacio, con cuidado.

- ¿ Estás mejor ? - asiente aún con los ojos llorosos.

- Tu mamá y yo discutimos... dice que se irá de casa... - su voz se entrecortaba conforme intentaba continuar - y que tú te irás con ella...

¿ Por qué ?

¿ Qué hice mal ?

¿ Por qué ?

¿ Por qué todo tiene que ser así de injusto conmigo ?

- ¿ Por qué discutían ? - pregunté tomando asiento a su lado.

- Porque la amo, Ezis, aún eres muy niño para entender porque me aferro tanto a que ella haga las cosas bien.

Así que el amor...

Al tomar mis manos con las suyas me percaté de lo húmedas que estaban. Había pasado muchos años donde me había prometido fijarme en pequeños detalles así, sus manos humedecían cuando su estado nervioso era crítico, mi preocupación empeoró cuando noté que comenzaban a tornarse pálidas sobre las mías.

- Abuela, no me iré a ningún lado - traté de darle mi mejor sonrisa disimulando el miedo y la tristeza que la situación hacía que me corcomiera por dentro.

- Promételo, por favor no me dejes sola. Si tú te vas no me quedará nada por lo que vivir.

- Puedes estar tranquila, nada me hará separarme de tí...

(...)

Semanas pasaron y mi hogar se hundió en un silencio sepulcral que me desgarraba por dentro, la tristeza, la amargura entre muchas malas emociones más invadieron sus paredes que una vez fueron, de niño, el castillo del cuál fui príncipe, con un cálido rey que me decía te adoro, una hermosa reina que me decía te amo y una tierna abuela que hacía de espejito mágico que me decía todas las mañanas que lindo estás como en los cuentos de hadas.

Todo se desmoronó.

¿ Por qué ?

Mi madre y abuela dejaron de hablar, ya no quedaban rastros de calidez hogareña en aquella mazmorra que una vez fue castillo. Asumí que nada podría ir peor hasta que sucedió...

Una noche llegué a casa tarde de haber visitado a mi padre y me encontré a mis dos seres más queridos golpeándose entre sí, gritandose, lastimándose como bestias enjauladas.

Todo en mi se estremeció, mi sangre se heló. Corrí hacia ellas, me interpuse y salí lastimado entre forcejeos.

¿ Por qué ?

¿ Quién tiene la culpa ?

¿ La tengo yo ?

¿ Qué puedo hacer ?

¿ Merezco esto ?

¿ Si es así, por qué me lo merezco ?

En ese instante corrí hacia la cocina, tomé un cuchillo en un momento de euforia y lo apreté contra mi cuello.

- ¡ Si no se detienen me mato ! - grité.

No se detuvieron...

- ¿ Qué más podría hacer ? - pregunté para mis adentros.

- No merezco vivir, no merecen que viva.

El dolor estremeció todo en mi y la sangre brotó de mi cuello.

(...)

Desperté.

¿ Por qué desperté ?

Al parecer mi estúpida debilidad me había impedido traspasar mas allá de lo superficial de la carne.

Mi madre se encontraba encima de mí, gritando, reprochándome, preguntándome ¿ por qué ?

Buena pregunta.

Recobré la consciencia para recibir una furiosa cachetada por parte de ella.

- ¡¿ Tienes idea de que pudiste haberte matado !? - miré por encima de su hombro y vi la cara horrorizada de mi abuela.

Los gritos de reprimenda se volvieron murmullos en mi cabeza.

Ah... ya lo entiendo.

¿ Quién tiene la culpa ?

Yo tengo la culpa.

¿ Merezco esto ?

Si.

¿ Si es así, por qué me lo merezco ?

Por débil. No tengo la fuerza suficiente para detener esta tortura.

¿ Qué hice mal ?

No conocer.

¿ Qué no conocía ?

La verdadera cara del amor.

¿ Por qué ?

Porque el amor es una mierda, egoísta, cruel y traicionero.

¿ Si es así, me dejarás de lado ?

No cabes aquí.

¿ Estás dispuesto a dejarme ir ?

Sí.

¿ Sabes que no hay vuelta atrás verdad ?

Lo sé. Ya no hay ni reyes ni reinas ni espejos, el rey dejó el trono, la reina no tiene calidez que dar y el espejo, el espejo ya no me refleja, todo lo que empieza acaba y tú mueres aquí.

Y así, había muerto el amor que residía en mí.

(...)





¿ Amor ? Yo Prefiero El Sarcasmo [ COMPLETADA ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora