Esta mañana Sasuke y yo salimos como siempre , rumbo a nuestros empleos en el coche que mis padres nos regalaron hace diez años por nuestra boda. A pocos minutos de salir de casa sentí un cuerpo extraño junto a los pedales. ¿Una cartera? ¿Un....? De golpe recordé que anoche fui a dejar a shika a casa y el besito candoroso de siempre en las mejillas se nos corrio , sin pensarlo , a la comisura de los labios , al cuello , a los hombros , a la palanca de cambios , al corset , al asiento reclinable en fin.
--Estas distraído -me dijo Sasuke cuando casi me paso el semáforo.