2. Primera impresión.

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De la nada un rayo de luz que salía de mi persiana, hizo que me despertara.

- Pero, ¿Qué hora es?

Fui a mirar la hora en mi móvil cuando casi me da un vuelco.

- ¡¿Las ocho y media?! ¡Llego media hora tarde! Joder...

Rápidamente me puse lo que me había preparado el día anterior y salí de casa lo más rápido posible. Cuando estaba ya casi llegando, me di cuenta de que me faltaba algo.

- ¡No me..!

<<Enhorabuena Martina.>>

Cállate, no estoy para bromas recién levantada.

Efectivamente. Más que faltarme algo, había salido de casa en zapatillas de andar por casa. Asegurándome de que no me había visto nadie, me fui a una esquina a llamar a Paola.

- Si tengo un poco de suerte, Paola seguramente también llegue tarde.

<<Ya quisieras tu.>>

Saqué mi móvil y busqué el contacto.

- ¿Hola?

- ¡Paola! Menos mal, pensaba que ya estarías en clase.

- Estoy ya allí, pero estamos esperando a que nos digan en qué clase vamos. ¿Ocurrió algo de lo que deba enterarme y por eso no estás ya aquí?

- No, no es eso. Lo que pasa es que me quedé dormida.

- Que raro viniendo de ti.

<<Di que si Paola.>>

- Ya... Bueno... Ese no es el caso. Te llamaba porque me a surgido algo y necesito tu ayuda.

- Cuéntame. 

- He salido tan rápido de casa, que se me han olvidado las zapatillas. Tengo dinero y se me ha ocurrido que podría ir rápidamente a comprar unas, con el dinero del almuerzo. - Paola empezó a reírse cómo si su vida tratara de ello.

- Si es que ya te vale. Anda que dejarse las zapatillas. A ver, hay una zapatería a cinco minutos de ti, si sales ya a paso ligero. Todavía tienes tiempo hasta que entremos.

- ¡Gracias, gracias, gracias! De verdad no sé que haría sin ti. ¿Hay mucha gente?

- Ni me lo menciones, está abarrotado de gente. Y... ¿A que no sabes quién está?

- Sorpréndeme.

- Nathe...

- ¡Mierda, las zapatillas! Luego nos vemos. - No la dejé contestar y me fui corriendo a la zapatería que me había dicho Paola.

Una vez allí, empecé a mirar. Todas tenían dibujitos y algunas de ellas eran de colores. Yo no tenía tiempo y busqué algo más clásico. Opté por un par de zapatillas blancas de cordones y guardé las que llevaba puestas en la mochila. 

Después de todo ese drama, ya si que sí, mi siguiente destino era ir a clase. Cuando llegué había más gente de lo que esperaba y encontrar a Paola sería casi misión imposible. 

Iba entre la muchedumbre con esperanza de encontrarla, cuándo un grupo de chicos empujaron a uno del grupo contra mí estampándomelo y haciéndonos caer. Iba a gritarle cuándo me acordé de que no había sido su culpa.

- Lo siento, mis amigos a veces son un poco idiotas. ¿Estás bien? - Aquel chico se disculpó conmigo, mientras que me daba la mano para poder ayudarme a levantarme.

- No pasa nada, ya veo que os lo pasáis bien. Soy Martina y tengo prisa. - Respondí algo borde.

- Yo soy David, encantado Martina y tengo prisa. - Hizo una reverencia al presentarse.

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⏰ Última actualización: Jan 12, 2023 ⏰

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