Capítulo Único

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—¡Let it rip!

Free tiró de la cuerda del lanzador; el movimiento hizo fricción en los carriles del aparato y produjo un impulso que sacó a su bey volando, después del clásico estallido chispeante. No evitó soltar un suspiro de alivio, había contenido un tanto la respiración, todo para que aquello le saliera bien.

El rubio se encontraba en aquel refugio que había construido en medio de la nada, entre las montañas y tormentas de arena, un oasis en pleno desierto. Sin embargo, no estaba solo.

El sol se alzaba sobre él, desbordante de luz y un calor abrazador que, siendo honestos, y sin exagerar, lo estaba cocinando vivo.

Fafnir dió unas cuantas vueltas en el estadio. Su trayectoria marcó un rumbo fijo, y al son de su trote, se escuchaba como la arena beyblade rugía levemente. El bey entonces, una vez alcanzada cierta velocidad, se desvió un poco y acabó golpeando uno de los muros, saltando, al instante en que Free lo tomaba en el aire.

Había sido suficiente.

Por ahora.

Se dió la vuelta hacia la pequeña casita de campaña que había ahí, la que había formado con algunas estacas pesadas de metal y unas cuantas cuerdas de grosor suficiente como para resistir las inestables ventiscas. Ahí también estaba Shu, sentado, tan sólo leyendo un poco, mientras esperaba por él.

Free caminó hasta allí entonces.

Cuando lo vió, la atención del albino pasó a ser completamente suya.

—¿Ya terminaste?—inquirió, viendo el estado del mayor. Hizo una pequeña mueca—. Ven a descansar, y sécate—habló, suspirando mientras arrastraba una pequeña mochila hacía sí y de ahí también sacaba una toalla limpia y se la entregaba en las manos.

Free no dijo nada, pero igualmente se acercó para sentarse a su lado, y abrazarlo suavemente.

—Free, no—habló Shu, dando un resoplido—, te dije que te secaras, estás todo sudado.

—No me importa.

—Free…

El rubio sonrió, apoyándose sobre su espalda para dejar un pequeño beso ahí.

Era una costumbre que tenían desde que se volvieron pareja. Originalmente ninguno había esperado que las cosas se dieran así, pero estaba pasando, y era real.

Free solía bloquear a todos sus amigos, sin excepciones, cuando se iba a entrenar, al grado de que esa era la principal razón de porqué esa isla existía, y porque había elegido un sitio tan lejano del BC Sol en primer lugar.

Sin embargo, a Shu pareció valerle ya que simplemente se había sumado a la caravana en solitario del rubio.

—Yo te acompaño—Fue lo que dijo.

Free obviamente no estaba muy de acuerdo con esta idea, así que al principio se negó. Pero de nuevo Shu lo ignoró.

Sin más en su poder, Free se resignó.

Sorpresivamente el albino no dijo nada durante el viaje, ni cuando estuvieron ahí. Acató las indicaciones de De la Hoya sin rechistar y se dedicó a esperarlo en su zona de descanso, recibiendo al rubio al final con algún almuerzo ligero, en su mayoría fruta, y agua fresca.

Justo como ahora, cuando estaba siendo alimentado casi como un bebé por el albino.

—Abre la boca—ordenó el otro con un tono amable, pero igualmente autoritario.

El rubio hizo lo que le pidió, y recibió con goce el trocito de fruta picada que le estaba ofreciendo. Obviamente aún no lo soltaba, por lo que casi se le cae cuando Shu intentó darle otro bocado.

Aunque no se quejó igualmente, y tan sólo rieron.

Había una forma especial en la que pasaban el rato al finalizar sus entrenamientos, así mismo, al saber que estaba presente mientras él entrenaba.

Pasar de ser una persona a la que no le gustaba estar con nadie, a parecer un niño pequeño necesitado de compañía. Eso sí era sorprendente.

Pero De la Hoya no se quejaba, porque, por supuesto, la persona que tenía a su lado no era cualquiera.

Porque esta persona, el ser que tenía cautivo entre sus brazos y que a su vez, le tenía hipnotizado a él con su afecto, era el único con el que no le importaría compartir todas sus experiencias, y todos sus refugios.

Una persona con la que quería estar siempre y para siempre, porque él había logrado cambiar algo en aquel desierto que estaba hecho su alma.

Y por un segundo llovió y la vida volvió a florecer.

Desierto (Free/Shu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora