Me veía a mí entrando en una cueva, era enorme y dentro tenía una cascada. Estaba muy relajada ahí dentro, era como si lo de fuera no existiera, como si todos los problemas que había tenido, se esfumaran, y todo era muy real. Hasta que de pronto todo se se derrumbó, las rocas empezaron a agrietarse, el agua cada vez era más abundante y corría más rápido. Poco a poco todo iba desapareciendo, hasta que se quedó en nada, no había absolutamente nada, nada. Era como si eso no existiera de verdad y solo fuera, para llevarte por el camino equivocado. Todo era una mentira. Entonces fue cuando sentí mucho calor y la misma voz llamándome a gritos desde lejos.
Después de desayunar y vestirme, me fui al instituto pensando en aquel sueño, era muy frustrante oir la voz de alguien y no sabes de quién es esa persona que me llama.
- ¡Eh, Nathalie! - Mi hermano me estaba llamando, y no me había dado cuenta - ¿Qué haces ahí detrás sola?Ven con nosotros .
Me incorporé en el mundo real y di una carrerilla para alcanzarles.
Al final de las clases estaba agotada, la noche anterior apenas había dormido por culpa del sueño, estaba muy cansada. -Nathalie,¿qué te pasa?, tienes mala cara.- Era mi mejor amiga, Alice, hacía mucho que no la veía, desde que empezó todo esto.
- Hola Alice, estoy bien, tranquila. - Le dije para tranquilizarle.- ¿Querías algo?
- Sí, queríamos saber si querías venir con nosotros al cumpleaños de Christian, que es este viernes.
- Claro, me encantaría ir. ¿A qué hora es? - La verdad es que quería ir a esa fiesta para desconectarme de todo lo que estaba pasando.
Al día siguiente, estaba eligiendo un conjunto para la fiesta, por fin después de tantas vueltas probándome ropa, cogí un vestido negro simple con unos tacones negros. Me maquillé un poco, pues no me gustaban esas chicas que iban con medio kilo de maquillaje en la cara.
Fui a la casa de Alice para irme con ella al sitio donde se celebraba la fiesta.
- Hola Alice, ¡qué guapa! - Estaba muy guapa, sin duda me superaba con creces.
- Gracias, bueno vamonos.
Llegamos a la fiesta, era en la casa de campo de Christian, y a su lado había un bosque muy extenso y misterioso.
Entramos en su casa, y había un montón de gente bailando, Alice se adentró entre la multitud y la perdí de vista rápidamente.
De repente me giré y estaba Jack mirándome, tenía una mirada muy intensa y movió sus labios para decirme algo. "Ven". Empezó a caminar hacia afuera de la casa y cuando pasó por mi lado me agarró del brazo para llevarme con él. Me llevó hasta la parte de detrás de la casa y empezó a hablar.
- Nathalie, ¿no has sentido nada raro aquí? - Me imaginé de lo que hablaba y me acordé del sueño, era una cueva con una antorcha en el centro.
- La verdad es que sí, noté algo extraño cuando llegué. Es en el bosque, hay algo. Tuve una visión, creo que la antorcha está ahí dentro.¿Entramos? - Tenía miedo, pero sabía que al final tendríamos que entrar, así que mejor hacerlo lo antes posible.
- Vamos.
Todo estaba oscuro, era de noche, y no se veía nada. Se escuchaban los sonidos del viento contra las hojas de los árboles, y a los animales de la noche.
Estuvimos caminando durante un largo tiempo, pero no encontramos nada. Cuando ya nos íbamos a rendir, me sentía mal, me dolía todo el cuerpo, caí al suelo muerta de dolor, no sabía qué me estaba pasando, hace un momento estaba bien, y de repente vi un punto de luz. Jack estaba a mi lado intentando ayudarme, y yo viendo que no podía apenas moverme, reuní todas las fuerzas que me quedaban para señalar hacía el punto de luz.
- Jack... ahí...- Lo dije tan débilmente, que sonó como un susurro.
Jack dirigió rápidamente su mirada hacia donde señalaba,se fue corriendo hacia allí, conmigo en brazos, pero yo mientras más me acercaba, peor estaba.
- Suéltame, solo voy a conseguir entorpecerte en esto.
- No pienso dejarte ahí en mitad del bosque sola.
Me dejó en el suelo a su lado, frente a la antorcha de fuego y empezó a pronunciar unas palabras incomprensibles para mí.
- Autetus fogata infantus.
La antorcha brilló con más intensidad, podría haberme quedado ciega si no fuera porque se apagó al momento. Se dirigía hacia Jack lentamente, pero a mí me pareció demasiado fácil todo aquello.
Cuando Jack tocó la antorcha salió de la cueva un dragón enorme, él la soltó de inmediato y el dragón empezó a lanzarle fuego.
- Tú no puedes coger la antorcha de fuego, no tienes las cualidades para controlarla, si tiene que ser alguien, sería ella. - Me estaba señalando a mí, yo estaba tirada en le suelo muerta de dolor, y ¿quería que cogiera yo la antorcha?
- Yo no puedo... no puedo levantarme.
- Tranquila, lo haré yo.
- Pues si lo haces tú, tendrás que luchar contra mí.
- Está bien, lucharé.
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Los cuatro elementos
Teen Fiction¿Qué pasaría si descubrieras que tú no eres lo que creías que eras, que tus padres no son quienes pensabas?¿Qué pasaría si tu vida cambiara de repente? Descubre con Nathalie lo que le espera tras conocer que sus padres no eran quienes creía que eran...