George
Entramos al lugar pasando a través de cuerpos bailando sin control, la música estaba demasiado alta como para escuchar mis propios pensamientos, Eric se separó de mí para saludar a un grupo de personas que estaban sentados en un gran sofa de cuero negro que estaba en una esquina, así que seguí por mi cuenta hasta encontrar un espacio vacío al lado de la barra.
El edificio era una especie de club nocturno, habian sillones, mesas y sillas esparcidos a los lados de todo el lugar, en una esquina, casi al lado de la puerta príncipal, estaba la barra, del lado izquierdo estaban los baños y del lado derecho habían unas escaleras que llevaban al segundo piso, que era un balcón con mesas altas y otra barra, hay un guardia de seguridad en la entrada, supongo que es una especie de zona VIP, al fondo en todo el centro está el escenario, es lo suficientemente grande para que quepa toda una banda con su equipo y aún así puedan moverse con libertad; hay un par de personas colocando el equipo de sonido en el escenario así que imagino que el concierto comenzará en unos momentos.
–Hermano, ¿ya viste a la morena de allá? Demonios, me la quiero follar– Eric logra encontrarme y se para a mi lado en la barra, su mirada va de una chica a otra y podría jurar que también se detiene a observar a varios chicos por algunos segundos.
–¿Sabes cuándo va a comenzar?- le pregunto sólo para cambiar de tema porque no me siento cómodo hablando de sus ganas de tener sexo con alguien ahora mismo.
–No debe faltar mucho, ¿quieres un trago?– asiento con la cabeza en modo de respuesta –De acuerdo, ya vuelvo.– Eric camina un poco hasta estar en frente del bartender y le dice algo que no logro escuchar, le pasa una tarjeta y el chico comienza a preparar dos vasos de lo que creo son mojitos, Eric toma los vasos y regresa a mi lado ofreciendome uno, lo tomo sin dudar y le doy un trago.
–Oye, ¿por qué no habíamos venido aquí nunca?– le pregunto a Eric.
–Yo sí he venido muchas veces, solo que nunca te trajé– soltó una risita y dio otro trago a su vaso –Verás, el edificio lo compró un ex-estudiante de Western que se graduó hace como cuatro o cinco años y desde entonces es exclusivo para estudiantes de allí, debes mostrar tu carnet estudiantil en la entrada y solo se hacen fiestas de la escuela aquí, pero debes tener invitación, y hoy te invité yo– termina su explicación con un tono burlesco, asentí con mi cabeza y no dije nada más, disfrutando de la música un rato.
Las luces giratorias moradas, verdes y azules del lugar estan comenzando a marearme, Eric comienza a hablar con dos chicas, una morena y una pelirroja, que estaban paradas a nuestro lado y les ofrece una ronda de mojitos.
–¿Ya conocen a mi amigo George? Es el cumpleañero especial hoy– dice mientras me toca un hombro para incluirme en la conversación, miro a las chicas y asiento con la cabeza.
–Es un placer– obviamente no lo es pero no quiero ser grosero, la pelirroja se me acerca más mientras que Eric aparta a la morena un poco, ya entendí su juego, me tiró a la más fastidiosa para quedarse con la más bonita, es un malnacido.
–Me llamo Ariana, feliz cumpleaños, ¿vas a Western cierto? Creo que te he visto por los pasillos alguna vez–
–Sí, estoy en último año– le respondí vagamente.
–¿En serio? Yo voy a penúltimo año, ¿quién es tu consejero?
–La señorita Olson– listo, mis energías para socializar se agotaron –Necesito ir al baño, ya regreso– me alejé de ella y caminé entre el tumulto de gente hasta llegar a la puerta de los baños y entré, me eché agua en la cara y me quedé allí mirando mi teléfono unos cinco minutos, evidentemente no quiero volver a la barra a seguir esa conversación aburrida y sin sentido, una llamada de Eric se hace visible en mi pantalla y le contesto.
–¿Dónde estás? Ya va a comenzar– logro escuchar que dice a pesar del ruido que lo rodea.
–Bien, ya voy para allá– le cuelgo y salgo de los baños para reencontrarme con él en la barra aunque no logro llegar, me detengo a medio camino cuando vi de reojo una melena rubia que se escabulle atrás del escenario por la cortina, me quedo allí parado como un tonto esperando a que salga de nuevo, me acerco más a el escenario hasta quedar en la primera fila, una chica de cabello enrulado sale de detrás de la cortina negra con un bajo en sus manos, la reconozco, es la misma chica que siempre está con la rubia, la gente comienza a gritar y a aplaudir, detrás de ella salen dos chicos y luego otra chica, una chica rubia, es ella.
La tengo en frente, a tan solo un par de metros de distancia, lleva puesto un vestido negro mangas largas y ajustado, unas mallas y unas botas negras, su cabello esta atado en una coleta de caballo alta.
No puedo dejar de verla, no puedo dejar de ver sus ojos verdes cubiertos de maquillaje, su sonrisa tímida y sus dedos jugando entre ellos por el nerviosismo; la chica bajita que salió al principio dijo algo a través del micrófono y luego la música comenzó a sonar, pero yo simplemente no la escuchaba, o mejor dicho, no le prestaba atención, todos y cada uno de mis cinco sentidos estaban concetrados en ella y cuando su mirada se detuvo en mí, Dios, casi me da un infarto.
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Una canción para ti
Short StoryMargaret Ritchman siente que el mundo está en su contra, la única forma de liberarse es cantando con su banda, odia a su padre y su madre murió cuando tenía diez años, vaya vida ¿no? George Harris es el típico chico lindo, inteligente y talentoso...