#30 Nos pertenecemos

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Cap. 30

Macarena

Bárbara es increíble en la cama, tenemos tres días de luna de miel donde no hemos salido de la habitación solo en las mañanas a caminar un rato, pero no puedo de dejar de desear estar haciendo el amor a mi esposa, no hemos tenido contacto con nadie más. Solo nosotras dos en nuestro nido de amor. Siento que mi esposa está tocando mi parte baja.

Macarena: Mmmm, alguien se levantó animada.

Bárbara: Muchísimo

Ella se fue levantando y montándose encima de mí, dejando besos suaves, succionando mi cuello, y bajando por mi barbilla, pero yo quería tomar algo de su cuerpo ahora mismo, así que me levante y luche un poquito por el control, y la coloque boca abajo, y deje besos suaves en su espalda, pequeñas mordidas, suavizándolas con mis besos, en algunas me pase y deje un leve moretón en ella, pero quería seguir bajando hasta morder su durazno, ese que me encanta, me vuelve loca, lo bese mordiéndolo un poco, y subiéndome en ella rozando su durazno en mi centro, haciendo un movimiento de caderas sobre ella, tocando sus pechos con mis manos y ella tratando de morder mi barbilla, nos reíamos, gemíamos queriendo más y más, yo me movía con más ímpetu y ella gemía más fuerte, la gire y me metí entre sus piernas para rozar nuestros centros, eran movimientos fuertes y apasionados, nuestras bocas hacían el resto del trabajo. Ella me apretaba hacia ella y entre subidas y bajadas ella tomaba mis pezones, siento que me voy a venir, es tan rica mi mujer, es tan suave, es tan dulce y tan ardiente, solo podía sentir que mi cuerpo estaba ardiendo al sentirla su piel, sus manos, nuestros movimientos en ese vaivén de nuestros centros, de ese roce, ella gemía, yo gemía, viéndonos a los ojos, con nuestras miradas penetradas, su boca tan deliciosa, nos pertenecíamos una a la otra. Ella me pertenecía y yo a ella, me merezco esto, merezco tanta felicidad junta.

Llegamos al orgasmo, llegamos a gemir cada vez más, y a sentir lo que nunca habíamos sentido, ella es perfecta, ella es mi reina, ella es mi dama, mi mujer.

Macarena: Aun tengo más mi reina

Bárbara: Debes dejarme respirar

Macarena: No, si yo lo que quiero es seguir.

Sonreímos y comencé a besar su barbilla, ella metió su mano inmediatamente en mi centro y yo en el de ella, metí dos de mis dedos y ella igual estábamos muy mojadas, y fue fácil el acceso para ambas, ella metía profundamente sus dedos dentro de mí y yo hacía lo mismo, hacíamos esto mientras nos besábamos tome su lengua y la succione, ella gimió entre mis labios. Es única, ella es fuego y yo soy gasolina, los movimientos de las manos comenzaron a ser más fuertes, no podía más hasta que me vine entre sus manos, mientras seguía buscando que mi esposa llegara también, dos envestidas más y mi esposa estaba contrayendo mis dedos dentro de ella. Hasta que los espasmos fueron menos saque mi mano y ella de la misma forma, yo sobre de ella, la mire y espere a que ella me observara y la bese.

Macarena: Me encantas en todas las formas posibles

Ella sonrió y me beso de nuevo.

Bárbara: No sé cuándo me gane la lotería contigo

Macarena: Barbie eres mi esposa, es increíble

Bárbara: Amor ahora que nos duchemos quiero ir a tomar un poco de sol

Macarena: Si amor, tenemos que salir a disfrutar un poco de esta maravillosa Isla

Después de descansar un poco, salimos a disfrutar un poco de la paradisiaca Isla de Bora Bora, queríamos ir a la Isla Maldivas, pero podría ser peligroso, podríamos ser arrestadas, por las leyes que allí presentan para las relaciones del mismo sexo. Así que vinimos aquí a disfrutar de nuestra luna de miel.

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