One-shots melizabeth

Mi Musa (Parte 1)

¿Cómo empieza una buena historia? Muchos piensan que una buena historia empieza con el típico "había una vez", otros creen que estas deben de empezar con una frase que la abra y a su vez la concluya, otros creen que empieza como un día normal, algunos con un poema y otros con el nacimiento del protagonista.

La realidad era que para meliodas todas las ideas anteriores eran perfectas, absolutamente todas las opciones le parecían las necesarias para empezar su nuevo libro. Llevaba casi dos años intentando escribir esa idea que estaba dando vueltas por su cabeza como un ratón que se burla del gato que no pudo atraparlo, había pasado horas delante de la computadora buscando lo mínimo de inspiración que necesitaba en esos momentos, había leído otras obras suyas, había anotado todas las ideas que tenía, había escuchado música, había leído otros libros en los que podría inspirarse, pero nada.

Suspiro frustrado por décimo quinta vez en el día. Era lo peor, ¡su carrera se había arruinado! Después de lo que le costó llegar a ser uno de los escritores más reconocidos de Francia, el bloqueo creativo le impedía continuar. Su editorial apenas estaba despegando, la gente se empezaba a interesar por sus novelas ¡y estaba seguro de que este libro sería su obra maestra! Pero sencillamente no sabía cómo plasmar de manera correcta la idea.

—Mirar la pantalla de la computadora fijamente no hará que aparezca el texto mágicamente—suspiro su mejor amigo y también su trabajador más leal después de haber entrado a tu despacho. Meliodas lo ignoro rotundamente y siguió mirando la pantalla de su lap top buscando las palabras que necesitaba—Y quedarte a dormir en tu oficina como lo haz hecho esta semana tampoco va a ayudar—

—Mierda—Finalmente le hizo caso al albino de ojos rojos que se acercó a su escritorio con una sonrisa burlona al ver la desesperación en el rostro de su jefe y amigo—Es que no puedo tomar un descanso Ban, necesito sacar algo rápido —y no estaba equivocado. Los ojos de la gente estaban puestos en él, aquellos que querían la continuación de su saga más popular estaban esperando expectantes, aquellos que amaban su forma de escribir estaban esperando a que sacara alguna nueva obra y la competencia se volvía más fuerte. A este paso volvería a ser un nombre desconocido, sus libros dejarían de ser vendidos, todos sus esfuerzos se irían al carajo y su editorial (la cual apenas estaba logrando ser mirada por escritores novatos que buscaban publicar sus libros) se iría a la quiebra.

Ban suspiró, comprendía la razón por la que su jefe estaba bajo tanta presión, su trabajo, su familia, lo que había sacrificado y lo que había hecho para poder llegar a ser lo que era en esos momentos. Muchos escritores solían pausar un libro que tardaba años en salir, pero al menos lograban sacar alguno otro y no quedaban completamente inactivos como el rubio frente a él. Cuando finalmente se convenció a su mismo de que ese hombrecito de mirada oscura y cabello alborotado no iba a levantar su redondo trasero de su silla tuvo que darse media vuelta completamente rendido pensando en alguno otra forma de hacerlo descansar.

—¿No te gustaría venir esta noche al club? —Utilizó como última opción una salida ya programada con otros amigos, el blondo rodó los ojos fastidiado, esa pregunta se la habían hecho muchas veces, le sorprendía que siguiera insistiendo aún conociendo la respuesta. Ban también rodó los ojos incapaz de seguir manteniéndose sereno ante la actitud de mierda de su jefe—¡Vamos amigo! Necesitas relajarte un poco, si sigues presionando tú mente de esa forma te dará derrame cerebral—Meliodas hizo caso omiso—Será divertido, vende a king, escanor, gowther, ¡incluso merlín! —

—No, gracias—gruñó

—Amigo—volvió a insistir empezando a cabrear al iracundo rubio—Necesitas una buena bebida, un poco de música, estar rodeado de amigos y una buena noche con una chica. Sabes que merlín estará encantada de ser la afortunada—el blondo desvío la mirada hacia el albino, sabía bien a dónde iba a parar esto y desde ese momento podía decir con toda exactitud que no lo deseaba—Sabes que esa chica está ansiosa por ti, siempre viene en sus mejores galas para poder presentarse, trata de mostrarte el escote para provocarte, ¡incluso ella misma te ha invitado a su casa! —