Lee Moon Sun es una chica fanática de los videojuegos y bastante Geek, proveniente de Corea del Sur. La cual se muda a Denver, Estados Unidos tras una humillante experiencia, acompañada por su hermana. Ahí conocerá a Emily Smith, una chica del puebl...
La salida del clóset de Moon tocó mi corazón pues lo que hizo fue declarar que está a mi lado al mundo entero. A todos sus conocidos y familiares en Corea y la gente que la conoce aquí en Denver. Ese gesto que tuvo hizo que resonara en mí lo que dijo mi padre, su accionar en el pasado, el accionar del pueblo y el cambio que he vivido desde que me vieron comenzar a salir con Moon. Eso me tuvo callada durante la cena, donde mamá se acercó y me dio un abrazo, haciéndome reír con el comentario de que olía a lavanda y fue cuando Moon dijo que me dio unos masajes. Hizo el comentario de tan pícara que me hizo reír y las tías me molestaron pero noté por qué lo hizo, para hacerme reír y sacar mi tristeza.
Las tías estuvieron con nosotras hasta que decidieron irse y mientras Moon hablaba con la abuela de técnicas de masaje, algo que al parecer aprendió por su hermana Eun Yeong que había hecho un curso de masajes y le enseñó, mamá me apartó en la sala.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Quiero hablar contigo. —Me dijo y asentí, me sentó en el sillón y me miró—. Quiero que te olvides de él y dejes de preocuparte por lo que sucedió en el pasado. Él se fue hace mucho, ya no es parte de nuestras vidas. Mira el cambio que has vivido en estas semanas...
Me quedé en silencio e hizo una pausa antes de continuar.
—Emily, la gente me ha comentado que les gusta como te ves con Moon a tu lado. —Dijo y la miré sorprendida—. Y estoy tan feliz de ver que al fin ven la increíble mujer que tengo por hija, que te juro... Estoy muy feliz de que Moon Sun apareciera en este pueblo.
Sonreí y suspiré.
—Ella me hace sentir normal. —Le dije y me asintió—. Hoy me dejó llorar, me abrazó y cuando estaba estresada me hizo masajes, me hizo sentir segura y me relajé. Me quedé dormida entre sus brazos y olvidé por qué había estado mal.
—Sí, te noté muy relajada. —Dijo y levantó las cejas por lo que quedó roja—. ¿Te puedo preguntar algo sin ánimo de avergonzarte?
—No estamos teniendo relaciones si eso es lo que quieres preguntar. —Le dije y asintió, yo quise sacarme una duda—. ¿Te incomoda que duerma conmigo?
—No, cariño. No me incomoda. —Dijo riéndose—. ¿Acaso crees que me quedé en el siglo 20? Es tu novia, entiendo que puedes llegar a mantener relaciones y está bien.
—¡Mamá! —Dije roja y me golpeó en el brazo.
—Te estoy hablando en serio. —Me dijo y se señaló—. Soy una madre moderna y sabes que tu abuela es peor que yo.
—¿Recuerdas ese día que salió de su habitación con aquel turista? —Dije e hizo cara de asco, yo me reí de ver su gesto—. ¿Qué edad tenía en ese momento? Creo que doce años.
—Tenías trece años. —Me dijo y nos reímos pero suspiró y me señaló—. Solo te diré que tengas precaución y te cuides, recién comienzan su relación como para poner un bebé en el medio.
