Borró Cassette | Jenlisa

Capítulo 4 [M]

Pov Lisa [⛓️]

Mis oídos no podían creer lo que me acababa de pedir.

¿Acaso esto es un sueño?

—Bésame —volvió a repetir dejando en claro que no escuché mal.

¿Es una broma?

—No juegues así conmigo, Jennie. No es gracioso.

—No es un juego, Lisa —Sus piernas pasaron de un lado al otro por mis caderas colocándose a cada lado de mi cuerpo y se sentó en mi regazo— Bésame.

No supe cómo sentirme, me encontré dividida entre el querer y no querer.

Entre besarla o salir lastimada.

Entre la tentación o el sufrir.

—Jennie, yo no creo que sea una buena idea, acabas de romper con Jimin y no...

—Eso no importa —interrumpió acercándose aún más— No me importa ni Jimin, ni Kai ni ningún chico con el que haya salido, no me importa nadie más que tú ¿Por qué no lo ves?

Me quedé helada cuando su frente tocó la mía.

—Por favor, Lisa.

Cerré los ojos con fuerza y me hice a un lado queriendo morir ahí mismo.

—No puedo.

Jennie tomó mi rostro con insistencia llenando mis mejillas de caricias.

—¿No puedes o no quieres? —preguntó acercándose mucho más.

—No puedo, me da miedo y no me puedes culpar por ello. Me lastimaste mucho y temo que esto sea igual.

—No lo será, te lo prometo que no lo será.

Se acercó a mí y mi nariz rozó con la suya, en mi cabeza atravesaron miles de recuerdos en el bosque como una película clásica rodando en el carrete proyectándose sobre la pantalla de cine, cada imagen adquirió un brillo tan único como ella misma y se colaron hasta tocar mi corazón.

—Bésame —volvió a pedir entre mis labios.

Ni siquiera me dejó el beneficio de la duda cuando sus labios se encontraron con los míos.

Me besó, me besó con insistencia pura, con ansias pocas. Me besó con frenesí tal que me cortó la respiración mas nunca regresé el beso, no porque no quisiera sino por el mismo miedo que sentía, el temblor de sus manos apareció en las mías cuando las tomó y entrelazó nuestros dedos.

La dejé hacer lo que quería, la escuché suspirar frustrada al no sentir su beso ser correspondido, sus labios buscaron una salida, una oportunidad de que los míos se abrieran y por fin pudiera besarme, pero me resistí.

Resistí con fuerza, con el corazón quemándose por el ardor que sentía al no poder besarla devuelta.

Esto estaba siendo imposible, es como si no hubiera comido en meses y de repente veo un buffet lleno de platillos exquisitos, pero hay alguien poniendo una pistola en mi cabeza impidiendo mi pase a la degustación.

Hay ese algo que me impide devolver el beso como tanto quiero, un mecanismo de defensa que me dejó congelada y sin moverme.

—Por favor —insistió en mi boca, su voz tenía súplica viva.

—Júrame por tu vida que no te arrepentirás de nada, que no me darás la espalda en la mañana y que esto no es otro de tus juegos.

—Te lo juro por lo que más quiero, te necesito tanto Lisa.