El baile.

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Soojin se paralizó ante sus palabras, creía que estaba en un sueño. Sin embargo no iba a perder la oportunidad, y asintió, con el corazón al mil.

Shuhua estaba dejándose llevar por su corazón, todo lo que hacía o decía venía desde lo más profundo de su amor. Aunque esta vez, fue Soojin quién actuó desde el corazón, tomándola de la cintura y tomando su mano.

- ¿Soojin? - Preguntó la menor con torpeza mientras sentía que sus mejillas subían aumentaban la temperatura.

- ¿Ahora eres tú quién se va a quedar callada? - Se burló dando una risa sarcástica.

- Espera - Dijo la castaña, soltándose del agarre corrió hacia la puerta del baño donde se encontraba el interruptor de la luz, lo tocó y las luces de toda la heladería se apagaron. Volvió corriendo hacia su celular, lo prendió desesperada y activó la linterna, dejándolo en una mesa, siendo esta la única luz. - Listo, ya tenemos nuestro ambiente romántico - Río, hasta que se dio cuenta de lo que había dicho.

- ¿Romántico?

- ¡No! Es que yo, bueno, nosotras, y esto... - Shuhua no sabía que responder, y volvió a sonrojarse. - Si quieres bailar, no preguntes y solo hagámoslo.

Las dos jóvenes estaban demasiado nerviosas, porque, como es bien sabido, ellas habían sido criadas con la mentalidad de amar a los chicos, no a una chica, pero, ¿quién tendría que saberlo?

- Bueno, creo que debes poner tu mano en mi cintura y la mía debo ponerla justo aquí... - Relató la menor, colocando su mano en el hombro de su compañera.

Ninguna de las chicas tenía algo planeado, ni siquiera había una música a la cual bailar, únicamente bailaban como su corazón les indicaba, escuchando una melodía en su mente.

Así fue como comenzaron a bailar torpemente, a veces pisándose entre sí, pero eso no les importaba, estaban demasiado concentradas en la otra para fijarse en eso. Recorrían todo el establecimiento dando giros una y otra vez.

No podían quitar sus ojos de la otra, estaban completamente hipnotizadas. Sentían que estaban destinadas a estar así, que todo había pasado por algo, hasta que sonó la campana de que alguien había entrado.

Ellas finalmente miraron hacia otro lugar, específicamente la puerta, en la que se encontraba un hombre de aproximadamente 45 años.

- Buenas noches, ¿Qué le gustaría pedir? - Preguntó Soojin acercándose al hombre y dándole señales a Shuhua para que prenda las luces.

La castaña estaba enojada con ese hombre, aunque no tuviera la culpa, las interrumpió y le quitó su oportunidad de finalmente besarla, como tanto anhelaba.

Ninguna de las dos se dijo una palabra en todo lo que quedaba de su turno, hasta que al final de la jornada laboral, a las 4 de la mañana, antes de irse Shuhua corrió hacia Soojin y le dio un corto beso.

Ice Cream Dance | SooShuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora