CAPÍTULO 2: MAL NACIDO

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Jason Peter Todd vino al mundo de nalgas en Ciudad Central, su nacimiento duró casi medio día dejando bastante exhausta a su madre la doctora Shaila Haywood, una de las más importantes de la urbe y pese a ser amiga de muchas enfermeras y médicos le dolía que su marido Willis Todd no estuviera presente el día más importante de ambos.
Todos sabían que ese matrimonio estaba destinado al fracaso desde el día que ellos pasaron por el altar, mientras ella era una trabajadora decidida, él se la pasaba en bares emborrachándose, apostando y peleando también en luchas verbales hogareñas, nadie entendía cómo era posible que ella aún tratara de cambiarlo pero no había caso, los amigos de la médica sentían pena por ella.
El bebé lloraba mucho y para la mujer se le complicaba dividirse entre su trabajo y su hijo dejándolo en guarderías mientras el padre del mismo andaba por ahí alcoholizado.
Así fue durante los primeros tres años de vida del pequeño Jason presenciando discusiones entre Willis y Shaila llorando ante las mismas, más cuando su padre golpeaba a su madre y esta también lloraba tanto por el dolor físico como por el hecho de todavía amarlo pero fue suficiente, algo debía realizar.
Un día ella metió varias pastillas en la licuadora hasta volverlas polvo poniendo esto en la taza con leche de Jason bebiendo todo empezando a temblar hasta quedar inconsciente, su madre volvió a llorar porque su intención era matarlo para luego suicidarse así terminar el calvario vivido, escribió una carta dedicada a su marido, luego procedió a mezclar el polvo con un vaso de agua cayendo pidiendo perdón al niño temblando hasta detenerse.
Minutos después volvió Willis muy furioso gritando exigiendo saber si alguien estaba en casa encontrando a su esposa e hijos tirados en el piso pensando estar muertos llamando por teléfono a la policía y al hospital donde trabajaba la mujer llegando enseguida un patrullero con una ambulancia donde el afligido hombre acompañó a su esposa e hijo suplicando no dejarlo solo.
No obstante al llegar al lugar donde trataban a los enfermos Jason empezó a convulsionar vomitando derramando lágrimas siendo salvado por los médicos gracias a un lavado de estómago, por desgracia no se pudo hacer lo mismo con Shaila causando dolor en sus compañeros pero más para la criatura cuando se lo informaron, por primera vez Willis demostró genuino afecto por su hijo prometiéndole no conventirlo en un débil.
El funeral de la médica fue sencillo y el niño puso una rosa roja en el ataúd, el viudo aseguró frente al cuerpo inerte de su esposa que el hijo de ambos crecería para volverse poderoso.
Con sólo tres años Jason fue enseñado por su progenitor a usar armas, especialmente de fuego, al principio se asustaba por los estruendos pero Todd padre evitaba que se hiciera o le disparara a él, todo el tiempo gritaba con que si no mejoraba su técnica se volvería un marica no permitiendo que alguno de sus futuros amigos fuera un rarito con intenciones ocultas.
Unos dos años después Willis conoció a Catherine Johnson, una mujer adicta a las drogas quien como él realizaba robos o a veces mendigaba para sobrevivir.
Ella y su hijastro tenían un vínculo cambiante constante, de rato eran los mejores amigos para luego agredirse verbalmente o directamente no verse ni hablarse, con ese carácter que lo caracterizaba el menor empezaba a acumular odio contra los de mejor poder adquisitivo al suyo viendo en las plazas cómo las familias pudientes de Gótica se divertían en las mismas con esas ropas que parecían recién compradas mientras él vestía las mismas durante días oliendo muy feo.
Para colmo Catherine se daba fuertes consumidos pasando muchas horas en estado catatónico mientras Willis malgastaba su vida en bares o peleas, por más que no tenía dinero se las arregló para tener una pistola con muchas balas robadas de una armería, hasta ahora nunca mató a alguien cubriéndose el rostro así no ser identificado en caso opuesto.
Una noche cansado de no ganar billetes optó por robar en una estación de servicio pero el joven de la caja registradora también estaba armado defendiéndose iniciando una lluvia de proyectiles terminando con el asaltante abatido de cinco tiros, cuatro en el pecho y uno en la frente aparte del empleado herido en el brazo desocupado.
Gracias a gente que pasó por allí llamaron a la policía, los hombres de la ley reconocieron al fallecido, en minutos llegaron a la casa compartida por Jason y su madrastra despertando tambaleando por los fuertes golpes en la puerta de entrada.
Cuando abrió y le informaron lo sucedido dió un tremendo alarido despertando al niño saliendo con su osito de peluche a ver qué estaba pasando oyendo las terribles novedades llorando pero sin hacer ruido alguno.
El funeral fue lo más barato posible y ninguno de los dos, Jason y Catherine derramaron lágrimas, sólo estaban furiosos de seguir viviendo en la miseria, al volver a casa ella lo dejó solo mientras iba a comprarse crack.
El pequeño miró por la tele una entrevista a Bruce Wayne, el empresario más importante de la ciudad burlándose de cómo hablaba bromeando con que si era su hijo de ninguna manera se volvería un ricachón vago pasando horas en fiestas con música lenta antigua prefiriendo gastar dinero en motocicletas.
Unas horas después volvió la pareja de su flamante fallecido progenitor toda desalineada dando a entender que tuvo sexo con el vendedor de sustancias a cambio de una rebaja aunque dijo que la bolsa era más grande que su pene y se puso a consumir hasta caer dura al piso, el chico se le acercó pero ella permanecía con los ojos abiertos sin parpadear, estaba muerta, él entró en pánico no sabiendo qué hacer, de ninguna manera iría a un orfanato, sin más alternativa puso su ropa en su mochila saliendo donde el destino lo llevara, como hacía mucho frío durmió detrás de un container cubierto por periódicos.

ROJO COMO LA SANGREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora