CAPITULO 4

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Los parpados de un joven rubio se abrían con pesadez, la luz de artificial entraba con fuerza en sus ojos lo que hacía que su visión sea borrosa por unos segundos. Hunter no sabía muy bien donde estaba, pero podía sentir una suave tela cubrir su cuerpo y un olor delicioso entrar por sus fosas nasales.

Soltó un bostezo mientras frotaba el dorso de su mano contra sus ojos, no podía recordar la última vez que durmió tan bien. Cuando su visión volvió a la normalidad observo una hermosa sala de estar, él se encontraba recostado en un sofá cubierto por una suave manta. El lugar se veía muy bien, paredes decoradas de un color verde y algunas plantas decorando el entorno.

—Parece que alguien finalmente despertó—. Hablo una chica de anteojos mientras daba una pequeña risa —Si que te faltaba una buena siesta—. Dijo aun divertida

El grimwalker no tenía que ser un genio para reconocer la dulce voz de su capitana —Oh capitana, d-disculpa creo que me quede dormido después de la charla que tuvimos en la escuela—. Observo como su fiel palisman de color rojo volaba del hombro de la chica a el —Hola de nuevo Flapjack, ¿te portaste bien con la capitana?—. Pregunto a lo que el pájaro respondió con un pequeño sonido de felicidad

—Flapjack se portó muy bien, estaba jugando con mi pequeña abeja—. Señalo a su palisman que volaba alrededor de las plantas del lugar —¿Tienes hambre?—. Pregunto mientras se alejaba de camino a la cocina

Antes de poder dar una respuesta el estómago del brujo sonó con fuerza cosa que lo avergonzaría —S-si...—. Se levanto del sofá para seguir a Willow, observaba el lugar con una sonrisa. Si que la casa de la chica amante de las plantas era muy bonita —Tu casa es muy hermosa Willow

—oh...g-gracias, Caleb—. Willow respondió con un pequeño sonrojo mientras ponía la comida que preparo en dos platos para ambos —Por suerte no fue difícil traerte aquí, pesas menos de lo que creí—. Menciono con una sonrisa mientras dejaba los platos sobre la mesa y se sentaba junto al brujo

—Que...bueno...—. Entonces la realidad golpeo al exguardia dorado, estaba en la casa de Willow, ¡en la casa de su capitana! Los nervios se apoderaron de su mente, no pensaba que llegaría a este lugar de esa forma, se preguntaba con vergüenza si los padres de la chica lo vieron llegar dormido traído por su hija —Willow...¿n-no te cause ningún problema o sí?—. Pregunto nervioso

La bruja de ojos verdes lo vio extrañada —No, como dije no fue difícil traerte

—No me refiero a eso...digo sobre el tema que yo me quede aquí. ¿Tus padres están de acuerdo? ¿No d-dijeron nada al verme?

—oh, respecto a eso...aun...aún no se los he dicho—. Respondió algo avergonzada —Ellos aún no están en casa, pero ya está anocheciendo y no podía dejarte en la escuela de nuevo. No podría estar tranquila sabiendo que tu estas viviendo entre la basura de la escuela—. La preocupación de Willow llenaba de calidez al joven brujo —Pero descuida, cuando les expliquemos todo sobre el día de la unidad todo tendrá sentido para ellos y estarás bien, lo prometo

Hunter puso una muy pequeña sonrisa —Gracias por todo capitana, te lo devolveré algún día lo prometo—. Willow quiso decirle que no debía devolverle nada, pero conocía al brujo que tenía delante así que solo le daría una sonrisa mientras empezaba a comer

Los minutos pasaron hasta el momento en el que los padres de Willow llegaron a la casa. Era inevitable la sorpresa que se llevarían al ver de repente al desconocido rubio estar sentando en la mesa junto a su hija. Harvey como el padre duro que era quiso hacer un escándalo pero su esposo lo pararía casi de inmediato.

Willow saltaría a proteger a Hunter, el cual estaba paralizado del miedo. Tras un breve instante de molestia sus padres aceptaron escuchar la explicación de su hija, todos se sentaron en la mesa esperando que la bruja de ojos verdes hable.

Casi Brujos [Huntlow]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora