En un mundo llenos de héroes, la sociedad se ha acostumbrado a los constantes combates contra villanos de todo tipo y la inmensa cantidad de particularidades que existen, se enfocaron tanto en sus vidas cotidianas y la sociedad de héroes que dejaron...
Una frase que a principios del siglo 21 significaba mucho, pues la era espacial de la humanidad estaba dando sus primeros pasos con la primera persona que llego al espacio y cuyo auge llego tras la llegada del Apolo 11 a la Luna, un evento histórico que marcaría a la humanidad, y que hubiera seguido avanzando de no ser por la repentina aparición de las particularidades a principios del siglo 21, esta aparición de súper poderes que paso apresurado se volvió un fenómeno global, obligo a la humanidad a cambiar de dirección en su desarrollo, una era diferente, una era en donde los poderes sobre humanos se volvieron lo más común, adaptándose lo más rápido posible se estableció una sociedad basada en particularidades, dejando atrás el sueño de la humanidad de ir más allá de su propia luna y explorar los misterios del universo.
El espacio se volvió entonces en una frontera que lamentablemente fue dejada de lado.
La tierra, hogar de la raza humana, año 2XXX, la humanidad ha logrado grandes avances tecnológicos gracias al estudio y control de las particularidades, desafortunadamente dichos avances se ven muy limitados debido a diversos aspectos de carácter político, enfocados a las propias particularidades, eso junto a una sociedad que parece haberse acomodado a un estilo de vida, sin dar paso al cambio en un futuro cercano, termino de enterrar el sueño de los viajes espaciales, pero la pregunta que nadie en dicha sociedad se hace es...
¿Podrían las particularidades salvarnos de amenazas ajenas a la tierra?
Fuera del planeta Tierra, a mil trecientos millones de kilómetros se ubica el segundo planeta más grande del sistema solar, Saturno, a trecientos kilómetros de sus anillos una anomalía tiempo-espacio se estaba produciendo sin un aparente origen, el espacio comenzaba a deformarse formando lo que parecieran ser ondas, como las que produce una gota de agua al caer en un vaso del mismo líquido, instantes después, una gigantesca nave aparecería.
La nave mediría al menos cinco kilómetro de largo y un kilómetro de ancho y poco más del kilometro de altura, pero las dimensiones se iban incrementando conforme se hacia el recorrido de la punta hasta la parte trasera donde se encontraban sus propulsores, teniendo una forma casi cuadrada al frente, la forma de la nave se iba deformando mostrando un aspecto más estético con curvaturas que aparecían cada tanto dando, en la parte trasera los propulsores parecían separarse en secciones que conformaban un solo conjunto.
Dicha nave era de un color gris metálico, a lo largo del casco de la nave varias decenas de poderosos cañones duales de varios metros de largo se dejaban ver, sus poderosos propulsores se encargaban de movilizar la colosal estructura a una increíble velocidad y maniobrabilidad pese al masivo tamaño, en la parte inferior y laterales se podrían ver varias compuertas de grandes magnitudes que conducían a bahías de de carga y de abordaje o despeje de naves más pequeñas.
Pero pocos momentos después de la aparición de dicha nave, el mismo fenómeno que se produjo antes de su aparición se repitió cientos y cientos de veces, en un instante un millar de naves iguales a la primera se hicieron presentes, pero entre todas ellas hubo una que destacaba entre las demás, esta era casi el doble de grande que el resto, era de color blanco, tenía una forma semejante a una daga y su casco era recorrida por llamativas decoraciones junto al doble de arsenal.
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