Rindo x Lector.
Rindo solía conseguir todo lo que se proponía y esa caja de leche de fresa iba a ser suya, la había visto mucho antes que aquel chico de cabello despeinado.
Ran le dijo que se calmará , podrían conseguir otra en otro lugar, no era...
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El día habría sido perfecto de no haber sido por que un indeseado rubio alterado te lanzó una silla a la cabeza, silla que lograste esquivar por pocos centímetros cuándo una persona te gritó a la distancia que te apartarás.
—¡ESA LECHE ES MÍA!
— ¡NO VEO TU NOMBRE EN ELLA, BASTARDO!
— ¡TE LO SACARÉ A GEMIDOS!
— Rin, la leche rosada ni siquiera es tu favorita.
—¡LE VOY A HUNDIR EL CRÁNEO!
Rindou iba directo a darle su merecido al chico despeinado pero su hermano mayor le detuvo, con una mirada infernal y un toque brusco de hombros fue suficiente para que el rubio se calmara por ahora y se fuera.
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Rindo lo sabía, quizá porque se lo habían gritado antes de que Ran lo obligará a salir del lugar, pero iba a volver a encontrarse con ese chico de desaliñeada apareciencia.
Y para su sorpresa también estaba tomando de esa cajita rosada.
— Nos volvemos a ver - soltó con un tono neutro llegando frente a la máquina expendedora frente al conocido desconocido.
— ¿Qué quieres, Haitani?
— al parecer me conoces.
— Esto es Roppongi claramente voy a conocerte idiota, tú y tu hermano "dominan" estas calles ¿no, su majestad?
— Eso dicen ¿verdad? Que soy un rey.
— un idiota es lo que eres.
El joven comenzaba a irse pero el molesto Haitani no iba a permitirlo.
— ¿Qué puede hacer un "idiota" como yo, para ganarse su favor? - la voz del de lentes era sarcástica y dramática, muy sobre actuada.
— dejar de existir.
Y el muchacho se soltó del firme agarré de Rindo comenzando a caminar calle adentro dirigiéndose a una urbanización cercana, algo que realmente molestó a Rindo quién estaba acostumbrado a ser mimado por todos.
