2.

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Betty despertó primero, eran las 6:30 de la mañana, una buena hora para empezar el día. Miró a Armando, quien dormía plácidamente con sus manos sobre su vientre, obsesionado con la posibilidad de ser papá. Con una sonrisa, Betty comenzó a despertarlo a besos.

—Despierta, mi amor —le susurró mientras lo besaba en la frente.

—Buenos días, amor —respondió él, abrazándola sin abrir los ojos—. Hay que dormir un poquito más, ¿sí?

—Tenemos que bañarnos y desayunar. Recuerda que hoy llegan los resultados a la oficina —dijo Betty.

Armando sonrió y, aunque aún con sueño, se incorporó rápidamente.

—Bueno, eso sí me interesa mucho. ¡Vamos, vamos, a la ducha! —se puso de pie con energía.

Ambos se dirigieron a la ducha, donde pasaron un buen rato entre bromas y risas. El desayuno fue liviano, ya que Betty no soportó el fuerte olor de las tostadas con huevo, así que optó por una tostada con mermelada.

Salieron de casa y se dirigieron a Ecomoda. En el auto, mientras iban de camino, la radio comenzó a sonar con una canción especial para ellos: "Bésame" de Ricardo Montaner. Armando, emocionado, tomó la mano de Betty.

—Te amo mucho, doctora Pinzón —dijo, besando suavemente su mano—. No tienes idea de cuánto.

Betty se sonrojó y soltó una risa nerviosa.

—Ay, Armando...

—¿Todavía te pongo nerviosa, eh? —dijo Armando con picardía.

Al llegar a Ecomoda, ambos se dirigieron a sus respectivas oficinas. Sin embargo, Armando no podía concentrarse; estaba nervioso por los resultados de Betty. Por primera vez en su vida, se sentía listo para formar una familia, tener un hogar y ser feliz con la mujer que amaba. La idea de tener un hijo, una mezcla perfecta de ambos, llenaba su corazón de un profundo deseo que nunca había sentido antes. Con Marcela, el tema de ser padres nunca había sido una conversación seria, pero ahora, con Betty, ese anhelo era real.

Una llamada lo sacó de sus pensamientos.

—¿Aló? Armando Mendoza —respondió, esperando la voz al otro lado de la línea.

—Monstris, ya llegaron los exámenes. Ven a verlos conmigo, pero apúrate —dijo Betty, emocionada.

—¡Voy, voy! —colgó rápidamente y salió corriendo hacia la oficina de Betty, nervioso y ansioso por lo que estaba a punto de descubrir.

Al llegar, le dio un beso en los labios.

—Ya estoy aquí. Veamos, veamos —dijo, juntando sus manos con una sonrisa.

Betty comenzó a leer los resultados, y cuando lo hizo, una gran sonrisa iluminó su rostro.

—Armando... Estoy embarazada —dijo, y ambos se miraron antes de abrazarse con fuerza.

Betty comenzó a llorar de felicidad, y Armando, emocionado, la besó con ternura. Sus labios bajaron hasta el vientre plano de Betty, donde depositó un suave beso.

—Me haces el hombre más feliz del mundo, ¿lo escuchas? Te amo con todas las fuerzas de mi alma, Beatriz Pinzón Solano.

—Armando, soy tan feliz a tu lado. Te amo, doctor —respondió Betty, con lágrimas en los ojos.

Armando soltó una risita de felicidad.

—Vaya, mi picarona.

—¿Cómo se lo diremos a mis papás? ¿Y a tus papás, Armando? ¡Qué emoción, Dios mío! —dijo Betty, volviendo a abrazarlo—. Nunca pensé ser padre, pero cuando me casé contigo, supe que quería estar contigo hasta el último día de mi vida.

—Yo también te amo, señor Mendoza. ¿Qué te parece si organizamos una reunión para nuestras familias? También tengo que decírselo a las chicas del cuartel, ¡son mis mejores amigas! —sonrió Betty.

—Claro, no podemos olvidarlas. Estoy tan emocionado con esta hermosa noticia —respondió Armando, sonriendo con una alegría que no podía contener.




<3 merzzi___ los ama mucho muak

𝑂𝑛𝑒 𝑠𝒉𝑜𝑡- 𝐴𝑟𝑚𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑦 𝐵𝑒𝑡𝑡𝑦  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora