En la piel de Armando pt1

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¡(^○^) Hola! ¿Cómo están?.
Perdón si comento alguna falta de ortografía.
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—Sus labios besaron los labios de Betty, sus manos paseaban por el cuerpo de ella, para ser verdad Armado estaba descubriendo cosas nuevas de ella, en la tenue obscuridad pudo observar poco sobre la figura sin describir de su secretaría, los besos no eran llenos de una lujuria, Armado pudo sentir que en esos besos no había lujuria ¿había amor? Parecía que sí, esos besos eran de una mujer que estaba completamente enamorado de él, Armando ni con Marcela podía sentir eso; Era un sentimiento nuevo algo que junto a Betty pudo describirlo..

—Al día siguientes llego, en sus sueños había pedido tocar a Betty otra vez—

—¡Hola hermano! —Dijo Mario mientas movía sus manos— Cuentamelo todo

—Ella está allí en su oficinas, mejor vayamos a la sala de juntas —dijo viendo a Mario—

—Entonces ¿Si lo hizo? —sonrió de una manera totalmente bastante burlona—

—camine pues vieja chismosa— Armando frunció el ceño y caminó, Mario

— Después de hacerle el amor a Betty cerro sus ojos y suspiró, se sentía mal ¿valía la pena? Su alma iba a pagar cada segundo de esto en el infierno, pero el también estaba sintiéndose enamorado de ella, esa sensación de tener a Betty completamente atrapada en sus brazos, totalmente entregada el y no solamente en lo sexual.
Era más allá de todo eso, ella estaba totalmente enamore de él y lo pudo sentir, las caricias de ella eran tan puras, era como si un pétalo de rosa estuviera acariciando la piel de Armando, cada beso era una muestra de amor de ella a el.

—Cuénteme –se sentó en la silla– ¿Que fue lo que describió debajo del disfraz de Betty? Algo espantoso.

—cerró por un segundo los ojos y suspiro— ¿Sabe? No vi nada.

— ¿Cómo que nada? No le hizo lectura en brailie, uno con el acto puede describir mucho de una mujer...

—No, no vi nada, estaba obscuro, y no, sabe que Calderón no quiero hablar más de esto, me siento mal por la pobre Betty.. —Dijo Armando sirviéndose agua—

—¿Usted apago la luz? —Dijo Mario mientras miraba a Armando— no se atrevió a verla.

—¡No diga bobadas hombre! Ella fue, yo no fui, pero no puedo con mi conciencia hermano, no puedo, ayer le hice el amor a una mujer que me ama, que esta profundamente enamorada de mi —Tomo su frente— Yo soy humano, yo no tengo piel de acero, Betty no merece eso.

—¿ahora se puso la mano en el corazón? Por favor hermano, piense, si ese tal tipo nicolas Mora llega... Betty ahora tiene la empresa en sus manos y ese tipo el un peligro para nosotros.

—Si, si lo se, pero no quiero seguir con eso, es que no puedo, usted me tiene haciéndole el amor a ella —Dijo Armando, alterado, con la mano en la frente—

—¿de verdad, Hermano? Le esta afectado Betty ¿Usted acepto?

—Sí, yo se, pero esto no era parte del plan ¿no ve? Le estamos haciendo daño a Betty por la empresa y ¿Qué hago yo con ella después? No la puedo votar como si no fuera nada

—Pues fácil la mandamos de viaje a un lugar lejos y ya, fácil, no se atormenta tanto Mendoza ¿Que tiene de diferente ella con las demás? Betty es una del montón solo que ella es fea, y no se asemeja a ningún de sus modelitos tigre —Dijo Calderón, moviendo sus manos como mosca—

—Usted está equivocado Calderón, ella no es como las demás, ella ha dado su vida por mí, su trabajo y todo por mi —señaló con su dedo, su propio pecho—

¿cree que sea justo para ella que yo la deje como un perro? No, señor mi Betty no merece eso —se puse sentó a lado de Mario

—¿Mi Betty? Ya veo, usted no tiene remordimiento Mendoza —Lo mira con una sonrisa burlona— Se está enamorado de Beatriz, eso está grave ¿por qué? No puedo creerlo.

—¿Qué? —Vio a Mario, y en su interior un hueco en su estómago lo golpeó—

—Usted, nunca había sentido algo así por nadie, ni siquiera con Marcela ¿pero con Betty?

—Armando vio a Mario, y supo que tenía razón, esto estaba atrapando a Armando, ayer sintió eso, y más, casa beso cada caricias de ella, era algo nuevo para el—

—¡No diga bobadas hombre! —Se pudo de pie, vio a Mario— ya, déjeme en paz, usted no me ayuda para nada, si no fuera por usted, yo no estaría en rallado con Beatriz.

—Mario solto una risa—Bueno, vaya..yo se lo que le digo, lo conozco mejor que usted a si mismo..

—Ya hombre, váyase a trabajar, y no me molesye más —Armando entró a su oficina, y vio la puerta de Betty por unos segundos, recordando todo lo que vivió ayer con ella en esa habitación de hotel, todo era tan abrumador para el, pesar que esa mujer que esta encerrada en ese lugar sin luz del sol, con un olor a húmedo era a la única mujer que podía confiar... no, no es justo para ella.

—Se sentó en su escritorio, cerrando los ojos un segundo, y recordó cuando Betty se puso mal, cuando lo escuchó cuando dijo que no sería capaz de hacerle el amor.
¿Porqué Dios mio? Ella.. simplemente su dulzura y su calidez humana lo iban atrapando lentamente... tenía que ir a besarla ahora.

—Armando caminó, abrió la puerta y vio a Betty en el escritorio escribiéndo algunas cosas—

—Doctor ¿Necesita algo? —Dijo Betty, mientras miraba a su jefe con algo de asombro,  la forma de entrar fue algo brusca— ¿Esta bien Doctor?

—Armando sin decir nada, solo cerro la puerta tras el, y tomó a Betty y le dio un beso, este beso fue diferente a todos, fue un beso cálido con amor—

—Solo necesitaba un besos suyo Beatriz, no podía esperar más, me estaba volviendo loco —le acaricio in poco el rostro—

—Yo también Doctor, pero creo que es muy peligroso que lo haga aquí, puede venir doña Marcela..

—¿Puede de dejar de preocuparse por ella? Solo quería besarla, además, si ella piensa ponerle un dedo encima a usted, mi picarona, tendría que pasar por mi cadáver ¿oyó?

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Ush
Lit, casi un mes sin publicar nada, pero son dos capítulos, el próximo saldrá la otra semana, lo promete.

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𝑂𝑛𝑒 𝑠𝒉𝑜𝑡- 𝐴𝑟𝑚𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑦 𝐵𝑒𝑡𝑡𝑦  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora