•⊹٭Regalos٭⊹•

71 11 0
                                    

Liam ese viernes se levantó más temprano de lo normal. Faltaban quince minutos para las cinco de la mañana y sin hacer un ruido salió de la cama, pero antes de salir de la habitación fue a ver a su hija, quien seguía ahí durmiendo con tranquilidad.

Con una sonrisa salió y a pasos rápidos fue directo a la cocina para empezar con lo que tenía en mente. Se puso un mandil que tenía el omega, el cual le quedaba un poco pequeño, pero eso no le limito.

Tomo su celular y entro en YouTube para ver un video y seguir los pasos que hace unos días había visto de como preparar unos panques. No le da vergüenza admitir que él es un pésimo cocinero y en verdad que ha tratado de aprender a cocinar para no dejarle todo el trabajo a su omega, pero nunca lo ha logrado.

Y esta ocasión está dispuesto a no quemar la comida y en su paso la cocina.

Una hora estuvo en la cocina para hacerle un desayunó a su omega y está orgulloso de lograrlo y no haber terminado con un incendio, lo logro hacerle un excelente desayuno y no solo eso, también dejo todo limpio el bote lleno de basura pero todo limpio.

Dejo todo servido en una bandeja dispuesto a ir a despertar a su omega, pero estaba olvidando el regalo, así que fue a buscarlo en su sudadera que el día anterior había usado.

Ya con una pequeña caja negra en mano y la bandeja con panques, un jugo, un café con leche como a él le gusta, fruta picada y la mermelada. Todo estaba listo, pero el castaño seguía de pie observando lo que había hecho.

— Algo le hace falta.

Volteo a su alrededor buscando lo que le hacía falta y se encontró en la mesita ratona, una pequeña maceta con flores, — Eso falta una rosa. — vio el reloj de la cocina y apenas eran las siete de la mañana, podría salir a comprar una rosa y regresar corriendo, había una tienda de regalos en la esquina donde viven.

Con una sonrisa dejo su regalo en la barra, tomo sus llaves y salió corriendo, no pensó en bajar los tres pisos por el elevador y los bajo por las escaleras. Al llegar a la esquina de donde vivía corrió a la tienda que apenas estaba abriendo una joven omega.

— Buenos días, perdón, pero necesitó una rosa.

La chica sonrió amablemente dejando el arreglo de globos en el mostrador. — Perdón, pero las rosas aún no me llegan, pero tengo de fantasía.

Liam hizo una mueca, pero no podía tardar mucho en regresar y encontrarse con su omega ya despierto. Asintió y la chica le entrego una falsa rosa, pero sin antes ponerle en los pétalos unas gotas de esencia de una rosa y al tenerla en mano la olfateó dándose cuenta de que tenía un olor parecido a una real, pero aun así se notaba que es falsa. La pago y agradeció por ella para regresar su edificio corriendo, esquivando a algunas personas a su paso.

Llego a su departamento y antes de entrar tomo un respiro y entro con una sonrisa, todo seguía igual camino y tomo la bandeja. Escucho como su hija había despertado, pues o dejaba de balbucear y seguramente su omega ya lo esté, pero siga en la cama porque es muy flojo por las mañanas.

— Buenos días, amor.

Liam entro feliz viendo a su omega intentar sentarse en la cama.

— Li, amor.

El omega talló sus ojos con el dorso de su mano, viendo todo lo que su alfa llevaba a la cama. Dejo frente a sus piernas la charola y con una sonrisa lo beso sabiendo que su omega no le gustaba que lo bese por la mañana, pero a él no le importo, estaba feliz.

— Prepare el desayuno.

El alfa se separó y fue a cargar a su hija que llamaba por su atención regreso y se sentó frente a él, no había nada en el mundo que lo hiciera borrar esa sonrisa.

— Feliz aniversario.

El moreno parpadeó y negó viendo a su alfa sonreír y a su hija intentar alcanzar la comida que olía delicioso.

— Lo olvidaste. — Liam se burló y su pequeña lo acompaño con su risa, el moreno se sonrojó de vergüenza.

Como era posible que había olvidado una fecha tan importante para ellos. Bajo su mirada avergonzado, pero su alfa lo tomo por la barbilla levantándole la mirada.

— Amor, no sucede nada. Yo he olvidado tu cumpleaños, así que no te preocupes.

Zayn intento sonreír porque era verdad, en realidad el alfa era el que más olvidaba las fechas importantes, pero esta vez no lo fue y no puede evitar sentirse mal, por ello aunque su alfa le repita un millón de veces que no pasaba nada, él se seguiría sintiendo mal por ello.

— Te preparé el desayuno y no queme la cocina por si lo preguntas.

El omega soltó una carcajada negando porque no lo va a mentir, eso también le preocupaba, pero al parecer lo logro resolver bien.

— Y te he traído una rosa.

Se la entrego quitándosela de la mano de su hija y no fue inevitable para el omega llevarla a su nariz con una sonrisa, le encantaban las rosas y además que es un grato recuerdo de su cortejo.

— Eh... No es real, es falsa, perdón. — el alfa se disculpó jugando con la mano de su hija un poco nervioso.

— No importa me sigue gustando. Gracias amor.

— Y te tengo también esto.

Le entrego una cajita negra y la observo y después a su alfa antes de abrirla encontrándose con un anillo, parecido al que unos meses atrás había perdido.

— Sé que no es igual, pero...

— Es perfecto.

Zayn con sus ojos cristalizados hizo a un lado la charola y fue directo a los brazos de su alfa, quien lo abrazo para después besarlo.

Había recuperado su primer anillo que su alfa le había regalado cuando recién empezaron a salir y en una distracción lo perdió, el omega había llorado por el por días y Liam no tenía corazón para verlo así.

Así que busco en todas las joyerías de la ciudad uno parecido y lo consiguió.

Desayunaron en la cama disfrutando de su momento feliz de estar juntos porque eso estaban festejando y Liam sabía que no necesitaba un regalo para saber lo mucho que lo ama. Eso es material, lo importante son los sentimientos, al igual que muchas veces lo había dicho, no es necesario que sea un día en especial para darle un regalo y demostrarle lo mucho que lo ama.

Pero si esta vez lo podía hacer, no dudaría en hacerlo y complacer a su omega con regalos y mimos. Ese día pasaron en cama abrazados viendo series y llenándose de besos junto con su pequeña que disfrutaba la compañía de sus padres, ella era la más feliz de todos, de eso no había duda alguna.

𝘍𝘢𝘮𝘪𝘭𝘺 𝘔𝘰𝘮𝘦𝘯𝘵𝘴 𝘞𝘦𝘦𝘬 𝘡𝘪𝘢𝘮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora