En una típica misión en dúo, Tanjirō es hechizado por una técnica demoníaca, ahora tiene un sentimiento abismal que hacía arder su corazón, por lo cual haría todo lo que una persona enamorada haría, besar a su mejor amigo cada vez que tuviera la opo...
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Los jadeos de los finos labios de Zenitsu eran provocados por un reproductor masculino entrando en su pequeño cuerpo, y Tanjirō, que solo se limitaba a contemplar como el contrario entre brincos inundaba la habitación de dolor y placer mientras el estaba atado de las muñecas con su mismo cinturón. Desde ya hacía un tiempo sus recuerdos eran borrosos y lo único que hacía durante todo el día, era complacer a una desconocida demonio que controlaba sus recuerdos tomando la forma de Agatsuma; no tardó mucho en deducir lo que significaba, estaba bajo una maldición en la que la demonio jugaba con su mente, provocando diversas escenas para torturar de alguna manera al menor.
Tanjiro no había tenido la oportunidad de voltear la situación, la demonio era demasiado poderosa y cada vez que pensaba que lo lograba, no lograba entender como escapar de su propia mente lo que terminaba en fracaso. No tenía la voluntad de controlar sus acciones y su cuerpo físico podría estar lastimando a gente que no quería que fueran heridas. Cerró fuertemente sus ojos respirando aliviado de que la "aventura" usual con la demonio finalmente se haya terminado.
La joven demonio se levantó de la cama volviendo a su aspecto original, una chica albina con ojos color zafiro que usaba el físico de Zenitsu con el objetivo de que el juicio de Tanjirō se nuble y aprovechar esa situación para tener el control total de su cuerpo, pues se podría decir que la causa del enamoramiento del cuerpo principal de Tanjirō era ella.
Se le notaba molesta a la contraria, su único objetivo era el susodicho, comenzó a quejarse con maldiciones de su aguda voz jalando su cabello en señal de ira inminente. Se volteo de manera brusca a ver al menor con lágrimas de rabia en sus ojos, dando dos palmadas con sus manos para reabastecer la ropa de el muchacho.
«Deja de mostrar resistencia, estás conciente de lo difícil que es hacer esto una y otra vez con una cazador, SOLO QUIERO TU CUERPO PARA COMER» dijo la chica entre el capricho.
Rápidamente la muchacha demonio se levantó de la cama mostrando su femenino cuerpo desnudo mirando al suelo sin expresión alguna al suelo, estaba tan cansada de "jugar" a ser un juguete sexual, pero realmente estaba hambrienta y Tanjirō era el huésped más resistente que había tenido en toda su vida. Incluso habían cazadores que eran tan tontos como para no usar su técnica para cambiar su forma.
Su único trabajo era hacer que Tanjirō se sumergiera al placer para finalmente adueñarse de su mente, había intentado con todas las formas, con la forma de la pilar Shinobu, con la pilar Mitsuri, la señorita Kanao y ahora con una versión Femenina de Zenitsu.
Miro con el seño fruncido a Tanjirō que yacía respirando agitadamente cómo si le faltará aire y con el pecho lleno de rasguños. La demonio sonrió con malicia acercándose al pelirrojo chasqueando sus dedos creando una coronilla de plata pesada, colocándola en sus despeinados cabellos del Kamado, mientras el contrario no mostraba importancia alguna solo seguía recobrando el aliento.
