Siete minutos de purgatorio.

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Cruzamos miradas entre el jaleo festivo de nuestros amigos y compañeras de clase.
Siete minutos en el paraíso
Siete minutos encerrado con Stan
No es como si fuese la primera vez que estáis solos en una habitación. Eso me da la certeza de que no va a ocurrir nada entre vosotros. No ha pasado nada antes ¿Unas cuantas cervezas en una fiesta van a cambiar vuestra relación? No lo creo. No os atreveríais.

No puedes decirle que no, claro que no puedes. Estamos en su fiesta y todos sabemos que Stan está pillado por ti. Tu también lo sabes.
Es su cumpleaños, no puedes librarte.

Así que os vais de la mano al son del jolgorio. Y me miras. Claro que me miras. Porque aún no hemos hablado de nosotros, porque da miedo. Temias afrontar nuestro problema, porque claro, yo siempre soy el problema y ahora te arrepientes.

Finjo que me da igual, finjo como lo he estado haciendo frente a todos estos últimos dos años. Cuando salgas haré un par de bromas, os llamaré maricones y diré que se os veia venir.

En verdad podría joderle el cumpleaños a Stan. Ahora mismo me encantaría . Nuestro amigo en modo emo de vuelta en su día especial debido a una noticia de última hora:

"Tu super mejor amigo del que estás obviamente enamorado le mola el gordo al que todos odiais, lo sentimos"

Pero entonces Kyle pondría esa estúpida cara de entre reprimenda y decepción, discutiriamos y acabaría pasando toda la noche a su lado consolándole.
No, gracias.

Marchais
Continuan jugando.
Desconecto del grupo.
A veces pienso que soporto estar con esta gente solo porque estás tú. Reconocerlo me haría darme cuenta de que dependo más de ti de lo que me gustaría. Por otro lado, se que de esta habitación solo me soportan tres personas, así que supongo que el sentimiento de desinterés y asco es recíproco.

Ahora mismo me podría estar comiendo la cabeza con la idea de vosotros en ese cuarto. Porque indudablemente me molesta. Y tú lo sabes. Por eso me has mirado así. Pero inspiro y espiro.
Tranquilo, me voy a portar. Hoy soy un chico bueno, ya sabes, ya que tú no, alguien tendrá que equilibrar la balanza.

Lleváis cuatro minutos dentro. No me he movido del sofá, tampoco he dicho nada. Finjo que no cuento el tiempo, me he puesto a mirar el móvil.
Un mensaje de Kenny: ,"¿Todo bien?" Le miro, está hablando (más bien gritando) sobre sexo con unas chicas, pero me devuelve la mirada. Le escribo: "Claro" Porque claro que no, pero no voy a decirle nada.

No es que sea un secreto. Kenny tiene un sexto sentido para las relaciones sociales. Estoy seguro de que sospecha que algo ha pasado entre nosotros. Pero eso no significa que vaya a admitirselo. En cuanto se confirman sus teorías y sospechas sobre cualquier tema siempre se enteran las chicas. Supongo que porque siempre está con ellas, es débil a la seducción femenina, una fuente de cotilleos jugosos. Ser la comidilla de los rumores de la semana nos traería más problemas que otra cosa.

Siete minutos
No salen. Eran siete. No eran más. No eran veinte o media hora. Eran siete. Alguien debería decirles algo. Que salgan, que la fantasía sexual adolescente de Stan ha terminado. Que no lo intente más. ¿No se aburren? No están haciendo nada. No han hecho nada. Deberían haber salido ya.
Pero nadie se da cuenta, porque nadie está contando el tiempo. Y nadie está molesto ni nadie quiere escapar de esta fiesta ya.

De la nada Kenny aparece por detrás, me aprieta el hombro y se marcha. En el chat leo: Ahora les abro.

El cabrón nos conoce mejor que nadie.
La vergüenza me recorre el cuerpo, noto la cara caliente. Mierda.
Escapo al baño, Butters me pregunta a gritos si voy a vomitar. "NO" Le chillo. Más brusco de lo que esperaba, menos firme de lo que quería. Me ha subido el alcohol, me justifico.

Seven minutes purgatory [Oneshot Kyman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora