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Miré al chico que desde esta mañana me ha quitado más de un suspiro.
Vale, no es verdad, solo quería que sonara un poco cursi.
Yo no suspiro por nadie. Pero quizá por él no estaría tal mal.
Entré a este bar con dos propósitos. El primero: relajarme un poco, y el segundo: relajarme más.
Hoy no tenía ganas de irme con ningún hombre.
Pero nunca imaginé que me toparía con él. El chico de la cafetería.
Y me encantó verlo, se veía muy guapo con su uniforme de barman.
Y más me gusto saber que me reconoció.
Lo sé por no dejaba de mirarme.
Disfruté viendo cómo se ponía nervioso solo con mi presencia. Este chico era más tímido de lo que me imaginaba. Otro en su lugar ya me habría invitado a su casa y no precisamente a hablar. El guapo barman ni siquiera me miraba a los ojos, tenía unos preciosos ojos verdes pero no quería dejarme verlos por más tiempo.
Ya me encargaría de quitarle lo tímido.
Tomé un pequeño trago de mi bebida, un San Francisco, sin alcohol, porque traigo coche.
Acomodé el vaso en la barra y decidí que era hora de presentarme, le tendí una de mis delicadas pero fuertes manos.
-KeysiFreeman. –y le dediqué una de mis mejores sonrisa, esa que solo reservaba para los chicos que más me gustaban, y él era uno.
Él me miró sin saber qué hacer.
Bien, me está dando por loca.
¿Será que es capaz de dejarme con la mano tendida? No ¿verdad?
Después de unos segundos que para mí fueron horas tomó mi mano entre la suya y le dio un firme apretón.
Jo-der.
Todo mi cuerpo reaccionó de una manera que no puedo explicar, y solo me está tocando la mano.
¿Qué sentiré cuando me toqué todo el cuerpo?
Al parecer mi tacto no le fue indiferente, porque retiró su mano como un rayo, sonreí ante su reacción.
Posó su mirada en otro lugar que no fue mi hermoso rostro y se lamió sus labios con la lengua.
Doble jo-der.
Este chico me estaba excitando y ni cuenta se dada. Me quedé esperando que también se presentara pero al ver que no era su intención yo me tomé el atrevimiento de preguntar.
-¿No me vas a decir tú nombre?
Me miró.
Lo miré.
Volvió a lamer sus hermosos labios. Yo que tú no haría eso bebé, o la próxima vez la que pase la lengua por esos labios seré yo.
-ahmm…yo…
Levanté una ceja. Tan mal lo pongo. Algunos hombres me han dicho que intimido un poco, y eso dificulta que se me acerquen. Pero joder, este tío hace que parezca una loca acosando a un niño.
Loca si soy.
¿Pero acosadora?
Bueno eso también, pero no para tanto.
-¿Te llamas Ahmm yo?–se sonrojó de tal manera que me dio mucha gracia.
-No, lo… lo siento, mi nombre…Joshua Hyde.
Ay pero que mono es, me lo quiero comer.
-Joshua –repito-me gusta.
Y si fueran de las que se enamoran, en este momento quedaría locamente enamorada de Joshua Hyde. Estaba más rojo que un camión de bomberos, y por nada del mundo me miraba a los ojos, estaba más concentrado en preparar bebidas. Me quedé observándolo mientras él seguía preparando bebidas para una banda de borrachos que no hacían más que mirarme las tetas, si alguno se atrevía a tocarme le iban a sacar de aquí en una camilla. Pero me olvidé de ellos y me concentré en Joshua. Sabía que sus ojos eran verdes porque los había visto en la cafetería, pero por la falta de luz que había aquí se veían más oscuros, pero no dejaban de ser hermosos. Su nariz es bastante cómica, era diferente a las del resto, bueno claro que nadie tiene la misma nariz, en fin yo me entiendo. Admiré su cabello, sus cejas, sus orejas. Pero me detuve mucho más tiempo del que debía en su boca.
Joder, su boca, es perfecta para la mía, aunque eso tendré que averiguarlo después. También le eche un vistazo a su cuerpo, o lo que podía ver, gracias a que la barra lo tapaba de cintura para abajo. No iba al gimnasio, eso ya lo sabía, pero eso no impedía que su cuerpo estuviera bien definido, se veía bien, y solo es un poco más alto que yo. En resumen, es perfecto.
Sentí una mano en mi espalda y me giré para ver quién era el imbécil que se atrevía a tocarme este ya estaba muerto. Pero solo era Derek, el novio de Shania.
Me quité su mano de encima y le miré seria, no quería que se tomara confianzas que no le había dado.
Es guapo, pero no soy tan perra como para tirarme al novio de una amiga, por muy zorra que sea esa amiga.
Ley femenina.
Y este lo que quiere es meterme mano, conozco a los tipos como él.
-Shani y yo nos vamos –ok, creo que me equivoqué -¿te vienes? –me lanzó un giñó.
No, no me equivoqué, eso tuvo doble sentido.
-no, me quedaré, estoy muy a gusto aquí con mi amigo –y miré a Joshua, quien parecía ajeno a nuestra charla.
Quería que supiera que no estaba sola para que me dejara en paz. Dare le echó un vistazo a Joshua, y luego volvió a mirarme. -Vale, ya nos veremos.
Sigue soñando.
Cualquiera que no lo conoce diría que se fue molesto, y como yo ni lo conozco también pienso eso.
Que se joda.
Dicho esto, volví mis ojos al barman, quien estaba tan concentrado en las bebidas que ni caso me hacía.
Ya haría algo para que me prestara atención.

Eres mi dueñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora