Hasta Mañana...

Él

Yoongi siempre a tenido una vida tranquila, sin muchas preocupaciones, pocos amigos y muchas horas de estudio. Su vida se resume en esas pocas palabras, y no es que le moleste ni nada por el estilo, solo no esperaba que algo tan drástico como lo de esa mañana fuese a cambiar el rumbo de su vida y la forma en que mira las cosas.

No tenía mucho de haberse despertado ese viernes fin de mes, agradecido que la universidad haya cancelado clases por "reparaciones".
Ya estaba pensando en que desayunar, algo simple pues, según recuerda, quedó de salir con Namjoon, su mejor amigo, a comer algo.

Por eso, cuando le llamó muy temprano no se sorprendió en lo absoluto.

-Namjoooooooon, ¿estas listo para ver esa película de terror? Dicen que da tanto miedo que terminas con los pantalones mojados. - Yoongi siempre a sido amante del cine, sobre todo de los filmes paranormales y de terror, todo lo contrario, a su amigo que busca algo más pacífico y artístico.

-Yoon, pasó algo y no podré ir. ¿Me puedes hacer un favor?

Su voz se escuchaba algo nerviosa y temerosa, como si algo realmente malo estuviese sucediendo.

-Oh, claro amigo, ¿Qué sucedió? - del otro lado de la línea se escucha movimiento, como si caminara de un lado al otro. Puede imaginarlo, a veces su amigo suele ser algo paranoico y se estresa por cosas tan pequeñas. Por su parte, el también comienza a moverse por su pequeño departamento, encendiendo la cafetera y abriendo el refrigerador. Ahora sabe que necesita hacer las compras.

-SeokJin me llamó, tiene su celo, pero sus Roomies no tienen planes de abandonar el departamento.

-Amigo, eres como un hermano, pero no voy a prestarte mi departamento para tener sexo con tu omega. - Yoongi ya sabía en qué dirección iba esa conversación, era consciente de que algún día algo como aquello iba a pasar. - Tú tienes tu casa, ¿por qué no ahí?

-Idiota, todavía no sabes que te voy a pedir.

- ¿Mi casa? - Yoongi  se quiere reír, enserio que sí, pero la voz de su amigo se oye preocupada y hasta lo está estresando a él.

-Necesito que cuides a mi hermano.

Y Yoongi acaba de dejar caer el teléfono sobre el sillón debido a la impresión, ¿Qué demonios?

-Eyeyeye, ¿Qué dijiste? Tú no tienes hermanos. - Está en shock, ¿Qué está pasando? Han sido amigos desde hace muchos años, ¿Cómo es que de la nada sale un hermano?

-Si tengo, en fin. ¿Puedes cuidarlo? No le gusta estar solo pero tampoco quiero que esté aquí y escuche todo, ya sabes cómo se pone Jinnie cuando lo est.-

- Cállate pervertido, es muy temprano para escuchar tu vida sexual. Está bien, cuidaré al niño, pero si empieza a llorar te voy a llamar para que vengas por él. - Ahora con más razón tiene que ir a la tienda y comprar comida, algunas galletas y cereal para el niño.

- O-oye, Yoongi, él no es un bebé.

- Cómo sea, ven antes de las 11, tengo que ir al super primero. - y así finalizó su extraña llamada, guardando su teléfono en su bolsillo trasero y tomando el llavero que contenía las llaves de su departamento y coche.

¿Por qué usaría su coche si la tienda está a menos de 2 cuadras? Pues, sus planes eran comprar comida suficiente para un mes y así no tener que salir en un buen tiempo. Sus compras siempre son relajadas, la mayoría de los que van a ese supermercado pequeño son gente mayor del vecindario, solo algunos pocos jóvenes que no conoce en lo absoluto. Está tan absorto en sus pensamientos, empujando el carrito por los pocos pasillos y tomando todo aquello que a organizado en una lista para no gastar de más, se conoce a la perfección y si no entra al súper mentalizado con lo que debe de comprar, termina comprando cosas que no necesita, y regresando a casa con todo menos comida decente. Tan distraído está, que el pasillo de dulces se atraviesa en su camino, por lo que decide adentrarse en ese mundo de azúcar y caries, escogiendo solo unos pocos, como chocolates y gomitas, aprovechando también para llevarse el chocolate amargo que le gusta. No es mucho de cosas dulces, si la curiosidad les gana, pero disfruta de vez en cuando de gomitas ácidas y los chocolates amargos con almendra, son el único dulce que su paladar soporta. Lo siguiente en su lista era leche, pan y huevos, todo lo básico y rápido de hacer para no perder tiempo en cocinar. Se venían los días de exámenes y el tiempo para comer se volvía escaso. Algo de ramen por si no había tiempo para cocinar, y muchas mandarinas, aunque su precio haya aumentado considerablemente.