Uno - ¿Partner?

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El más joven de los alemanes se encontraba en su sala de estar leyendo tranquilamente, esperando a que su padre regresará pues había salido desde la mañana a encontrarse con sus dos aliados.
Después de un rato la puerta principal se abrió dejando entrar al country esperado.

- Llegué!- fue lo que se escuchó en la puerta principal mientras se escuchaba sus pasos los cuales se detuvieron al llegar a la sala de estar donde estaba su hijo quien le sonrió.

- Bienvenido vater- exclamó él más joven al ver al mayor en la entrada de la sala- ¿Cómo te fue?- pregunto mientras dejaba de lado el libro sin antes colocarle un separador en la hoja que se había quedado.

- Bastante bien- comento el contrario mientras se dirigía al sofá dónde se sentó justo al lado del menor- Imperio japonés te manda una caja de mochis- dijo entregándole una pequeña caja de aquel pequeño y suave dulce.

- Gracias- dijo Alemania con emoción en sus ojos, ya le daría las gracias a imperio japonés el mismo después.

El silencio reino por unos segundos en los cuales Alemania se dedicó a analizar los dulces, mientras que el mayor sentía los nervios a flor de piel "debes decirle a Alemania" eran las palabras dichas por el japonés antes de que despidieran esa mañana.

- Alemania- llamo a su hijo quien volteo a verlo de inmediato- tengo que hablar de algo importante contigo- dijo, dejando confundido al menor quien empezó a analizar su vida en busca de algo que allá echo enojar al mayor- ¿Crees que es buen momento para que inicie a salir con alguien?- pregunto ya que en si no quería decirlo tan pronto.

- Pues, supongo que si- dijo Alemania con un poco de duda ya que desde que recuerda solamente habían sido su padre y el, desde que nació hasta ese momento y la verdad estaba tan acostumbrado a que toda la atención del mayor sea para el que no se imaginaba tener que compartirla con nadie más que no sea su abuelo, pero tampoco podía negarle la felicidad al mayor.

- Que bueno- suspiro el mayor sin tomarle mucha importancia al pequeño estrago de duda que se había escuchado en su voz- verás hace una semana Urss se me declaro y desde entonces somos pareja pero no estaba seguro de si duraríamos pero parece ser que si- dijo recordando aquel momento y como en el poco tiempo se habían complementado perfectamente.

- Que bien por ti- exclamó Alemania abrazando al mayor siendo correspondido inmediatamente "mientras vater no me deje de lado todo está bien"  pensó Alemania.

- Por cierto, ¿Y tu abuelo?- pregunto ya que desde que llegó el mencionado no se había echo presente.

- Salió a pasear un rato- comento Alemania recordando como su abuelo había salido hace unos 20 minutos algo arreglado.

- Ya veo- dijo recordando que últimamente su padre había estado saliendo bastante- bueno la próxima semana habrá una cena en casa de Urss para dar a conocer la noticia a los demás-

Alemania simplemente asintió al escuchar las palabras del mayor quien acto seguido se paro para posteriormente decir que se iría al patio de atrás a pintar un rato dejando al más joven solo el cual continuo con su lectura.
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Pasadas unas dos horas el imperio alemán llegó a la casa de su familia, al entrar no noto a nadie por lo que empezó a buscar encontrando a ambos en la cocina llenos de harina.

- Großvater- saludo Alemania el cual parecía fantasma por la harina en la cara.

- Hallo Vater- saludo el nazi quien aparte de tener harina en el rostro y cuerpo tenía un poco de lo que parecía ser masa en la cara.

- hallo Familie- saludo el mayor de los tres analizando la situación, el horno prendido, la mesa llena de trastes y harina en toda la cocina.

- Hicimos galletas- dijo Third al notar la mirada del mayor.

- Y papá me ataco con harina- dijo Alemania con tristeza fingida en su voz.

- Si tu empezaste pequeño parásito- exclamó Third pues el imperio alemán era capaz de creerle más al menor que a él.

- Solo limpien la cocina- dijo el mayor mientras reía un poco ante el comportamiento algo infantil de su hijo- tu hermano llegará en la noche- comento mientras se hiba del lugar con dirección a su cuarto.

- Maldito Weimar- dijo en voz baja- ¿A dónde se fue a meter esta vez?- desde la mañana este había salido, incluso antes que el y no le había querido decir a dónde hiba- vete a bañar Alemania, yo me encargo de limpiar- dijo el mayor obligando al menor a retirarse a su habitación para bañarse en lo que las galletas estaban listas.

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Capitulo uno listo, ¿Que les pareció?

Está idea la tenía desde hace mucho pero la escuela no da tiempo así que aprovechando que estoy de vacaciones lo haré.

No se si ponerle pareja a Alemania. ¿Que opinan? Con pareja o no.

¿Dudas?

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Sin más, nos vemos

Ist mein VaterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora