Cuando pase esta noche, ¿todavía podre verte?
Mis ojos se abrieron, como todas las noches, a las 6:00 p.m., era nuestra realidad en Caslon: un pueblo donde el día comenzaba al caer la noche y terminaba al amanecer, cuando el sueño nos arrebataba sin previo aviso.
Me preparé con rapidez, arrojando en mi mochila lo esencial: un par de cuadernos, mi estuche de lentes y las vitaminas obligatorias desde que comenzó la noche purpura. Todos en Caslon tomábamos esas vitaminas que nos permitían sobrellevar el peculiar ciclo de sueño. A las 6 de la mañana, sin importar dónde estuviéramos, caíamos en un profundo letargo.
Sin embargo, no todos estábamos sujetos a ese destino. Algunos de nosotros, como Liot Ambert, Tris Kim y yo, poseíamos la extraña habilidad de permanecer conscientes durante unas horas más, mientras el resto del pueblo dormía. Liot, con su cabellera roja y ojos oscuros, era mi compañero en nuestras exploraciones nocturnas. Tris, mi fiel amigo de risos castaños y ojos difuminados en marrón y verde, se nos unió en nuestra última excursión.
Caslon, con su espeso bosque, tradiciones inquebrantables y gente amable, parecía sacado de una historia antigua, llena de magia, vida y fantasía. Mientras los demás dormían, nosotros explorábamos esos mismos bosques, buscando respuestas a los fenómenos que nos rodeaban.
–¡Lilit! –La voz grave de Liot me sacó de mis pensamientos. Ya estaba en la puerta, esperándome.
–¡Un momento! –grité, despidiéndome de mis padres antes de salir corriendo hacia él.
Nos dimos un rápido abrazo de bienvenida. La emoción de nuestro último descubrimiento aún nos hacía temblar de la emoción. Habíamos encontrado algo más allá de Cambrid, un pequeño pueblo cercano, y queríamos compartirlo con Tris y su padre, Jongsu Kim, el dueño de la biblioteca más grande de Caslon.
Mientras caminábamos hacia la biblioteca, Liot me tendió una dona glaseada de chocolate. Siempre tenía una lista para mí.
–Olvidé darte esto –dijo, sonriendo.
–Gracias ¿Y el café? –le pregunté ansiosa por saber en dónde se encontraba mi bebida favorita.
–No tuve tiempo... pero podemos detenernos en la cafetería de siempre –dijo mientras empezábamos a caminar.
El aire nocturno de Caslon estaba impregnado de la humedad habitual, y las calles, aunque tranquilas, siempre ocultaban un misterio. Nos dirigíamos a la biblioteca de los Kim para discutir sobre lo que habíamos encontrado en las afueras del pueblo. Algo que no debíamos ignorar.
Al llegar a la cafetería, la puerta se abrió con un suave tintineo. La luz cálida del interior contrastaba con el aire fresco del exterior. Mientras nos acercábamos al mostrador, no pude evitar sentir una mirada intensa sobre mí. Era un chico, sentado en una de las mesas del fondo, con una capucha oscura que cubría parcialmente su rostro.
–Buenas noches –saludé a la barista, mientras pedía un cappuccino para acompañar la dona–. ¿Nos podrías servir rápido, por favor?
–Claro, en un momento sale tu bebida –respondió ella con amabilidad.
Mientras esperábamos, sentí que esa mirada no me dejaba en paz. Miré de reojo al chico de la capucha; sus ojos oscuros brillaban, casi como si estuviera esperando algo de mí. Una sensación de inquietud se apoderó de mí, pero traté de ignorarlo.
–¿Lo ves? –murmuré a Liot, inclinándome hacia él.
–Sí, lo noté. No le quites el ojo de encima. Pero ahora necesitamos hablar de algo más importante –dijo, sacando la bitácora de su mochila y abriéndola sobre la mesa–. La anomalía que encontramos más allá de Cambrid... parece que ya está aquí, en Caslon.
Mis manos se tensaron alrededor de la taza de café. Aquello no era una simple niebla extraña en las afueras. Habíamos clasificado esa anomalía como nivel 4 debido a su comportamiento impredecible. Pero si ya había llegado al pueblo, las cosas estaban a punto de cambiar drásticamente.
–¿Nivel 5? –pregunté con un hilo de voz, temiendo la respuesta.
–Así es –Liot asintió, su expresión seria–. Y parece que está moviéndose hacia nosotros.
La inquietud creció en mi pecho. El chico de la capucha no dejaba de mirarnos, y aunque lo intenté, no pude sacudirme la sensación de que algo oscuro se estaba gestando a nuestro alrededor. Bebí mi café con rapidez, y apenas terminamos, nos levantamos para dirigirnos a la biblioteca.
Llegamos en menos de diez minutos. La biblioteca de los Kim era un lugar familiar, un refugio entre tantas preguntas sin respuesta. Pero aquella noche, la calidez habitual se sentía diferente. Las sombras en las esquinas parecían más largas, más densas.
Tris ya nos esperaba en la entrada, su expresión seria. Sabía que algo estaba mal.
–¿Lo sentiste? –preguntó sin rodeos.
–Sí –respondimos al unísono.
–Papá ya cerró la biblioteca para nosotros. Podemos revisar los libros en paz –dijo, señalándonos el camino hacia las estanterías más profundas.
Mientras caminábamos hacia la sección especial, esa sensación de inquietud no desaparecía. Era como si algo estuviera observándonos desde las esquinas, justo en el límite de nuestra visión. Liot, con su don para detectar lo extraño, se detuvo de golpe.
–¿Sientes eso? –preguntó, con un tono tan bajo que apenas lo escuché.
Asentí. Había algo en la habitación con nosotros. Algo que no podíamos ver, pero que estaba allí, acechando. Las sombras parecían moverse, contorsionándose de manera antinatural.
–¿Qué nivel? –preguntó Tris, tomando un libro viejo de la estantería, aunque claramente su atención estaba en el aire pesado que nos rodeaba.
–Nivel 5, como dijimos antes... pero ahora está aquí –respondió Liot, su voz apenas un susurro.
En ese instante, una sombra en la esquina de la habitación pareció retorcerse, como si cobrara vida. No podía definir su forma, pero su presencia era abrumadora. El aire se volvió más frío, y el suave sonido de páginas al pasar cesó. Era como si todo en la biblioteca se hubiese detenido.
–Ahí está –murmuré, señalando hacia la esquina más oscura.
Tris y Liot la vieron también. La sombra no se movía de manera humana. Era una presencia etérea, como si estuviera atrapada entre este mundo y otro. Y entonces, antes de que pudiéramos reaccionar, la sombra se deslizó entre las estanterías, desapareciendo tan rápido como había aparecido.
–¿Qué era eso? –pregunté, mi voz temblando.
–No lo sé... pero sea lo que sea, ya está dentro del pueblo –respondió Tris, su mirada fija en el lugar donde la sombra había estado.
La biblioteca, que antes era un refugio, ahora se sentía como una trampa. Y lo peor era que sabíamos que esa anomalía no era lo único que vendría. Algo más grande se acercaba, y nosotros estábamos atrapados en el centro de su red.
Esa noche, comprendimos una cosa: las sombras de Caslon ya no eran solo sombras.
Bitácora: Cuadernos de apuntes en donde el grupo anotan las anomalias en sus excursiones.
Excursiones: Eventos o visitas fuera de la capital, Caslon esta repleto de arboles por lo que el ambiente fantasioso del cual se habla es por la nula o poca visita de los humanos hacia este bosque.
Niveles de anomalias: Niveles de sucesos, personas, animales o cosas de alta extrañeza
Anomalias: sucesos, animales, personas o cosas extrañas.
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El Reino: Caslon
FantasiaEn un mundo donde las reencarnaciones están prohibidas, una antigua amenaza se despierta tras un extraño fenómeno climático que cubre la ciudad de Caslon con una misteriosa niebla lavanda. Lilit, una joven que oculta un secreto peligroso -es una ree...