Olimpo [TK][YM][NJ] 𝓑𝒚: 𝓒𝒐𝒏𝒂𝒏

六

𔘓

Los rumores son como la arena, que con un poco de brisa se esparce y en la fiesta ya se hablaba del precioso hijo menor de Zeus que bailaba al ritmo de la música, su esbelto cuerpo destilando sensualidad atrapando la mirada de todo aquel que se atreviera a posar sus ojos sobre el, los jóvenes dioses comían con la mirada al pequeño rubio y las jóvenes diosas celosas al ser opacadas por la belleza del pequeño Jimin ya empezaban a crear rumores sobre el, por otro lado el hermoso joven tan solo se divertía, indiferente a los murmullos a su alrededor.

El pequeño rubio estaba en su mundo, ignorando todo lo que ocurría a su alrededor olvidando su timidez por un momento, ya tendría mucho tiempo después para arrepentirse de lo que sea que pasará esa noche, no veía a Taehyung ni a Jin por ningún lado, el pequeñito rubio rio amargamente, no los necesitaba, podía divertirce el solo, podía cuidarce el solo, fue pensando eso que sintió unas frías y fuertes manos posarce con posesividad sobre su bonita cintura, y sin saber realmente que hacer el rubiecito dió la vuelta encontrándose con unos orbes verde esmeralda que brillaban intensamente, su pequeño cuerpo se estremeció en un fuerte espasmo haciendo que el chico que sostenía su cintura sonriera con burla.

- Eres una belleza- dijo con su profunda y seductora voz haciendo a Jimin temblar- ¿Cuál es tu nombre dulzura?- pregunto el ojiverde dando un fuerte apreton en la cintura contraria.

- J-jimn- contesto el tímido rubio intentando crear un poco de distancia entre el cuerpo del chico frente a el y el suyo

- Entonces los rumores eran ciertos, eres el hijo menor de Zeus y eres más hermoso de lo que relatan las historias- el alto ojiverde paso una de sus manos por la mejilla de el más bajito haciendo que este disfrutará inconscientemente de la caricia.

- Entonces, debes conocer el riesgo que significa intentar seducirme señor...-

- Eros, mi nombre es Eros, y en lo personal pienso que arriesgarlo todo es especialmente exitante, ¿no lo crees así primor?- Eros tomo la barbilla del rubio obligando a este a mirarlo y con rapidez acerco su rostro al del pequeño estando a solo unos centímetros de que sus labios se rozaran, haciendo que Jimin jadeara impresionado por la cercanía.

-Entonces déjame demostrarte lo exitante que puede ser el peligro- dijo el pelinegro paseando su nariz por el lechoso cuello del rubio en sus brazos el cual bajo los efectos del alcohol acepto y con sus brazos rodeo suavemente el cuello de Eros- vallamos entonces a un lugar más privado- dijo y tomo la delicada mano de Jimin, conduciendolo entre la multitud, el pequeño rubio se dejó hacer no estando muy seguro de lo que estaba por ocurrir pero sintiéndose alegre de tener la atención de un dios tan sexi y atractivo como Eros.

El de orbes esmeralda lo condujo hasta una habitación en la planta más alejada de la fiesta, la luz lunar iluminaba la elegante y grande habitación dándole un ambiente íntimo, sintiéndose mareado Jimin corrió a acostarse disfrutando de la comodidad que está cama le ofrecía, poco tardo en sentir el peso del contrario sobre el, abrió los ojos encontrándose con los de Eros recorriendo su cuerpo sin pudor alguno, no supo en qué momento el mayor se había despojado de su túnica color carmín permitiendo al rubio apreciar su escultural anatomía, sintió el oxígeno abandonar sus pulmones cuando las frías manos del pelinegro acariciaron la curvatura de su cuello siguiendo por sus hombros y clavículas, su mano bajo más en dirección a su pecho provocando que el rubio se tensara.

"Espera... Yo, nunca lo eh hecho", musito con dificultad y sin poder mantener la intensa y libida mirada de Eros, este sonrió ladino y lamió sus labios de una manera que Jimin solo podía describir como desagradable.

"Tranquilo, soy un experto, te encantará"- susurro el pelinegro intentando colar sus manos por debajo de la suave túnica del rubio virgen, este al sentir su suave piel ser tocada por esas manos sintió disgusto puro, de verdad necesitaba alejarse de ese gélido y inexpresivo tacto que lo quemaba, con sus pequeñas manos intento alejar las contrarias confundiendo así al mayor.