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La de mechones rosas estaba riendo muy animada con ese chico alto, mientras el de pelo obscuro los miraba celoso.
Niragi era un chico muy posesivo y más cuando se trataba de tí.
Estuviste junto a el desde la escuela, y la única que se quedó junto a el.
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Vámonos chicos, dejemos al imbécil ahí. -los bullies del pobre chico se habían ido.
Por dios Niragi, cuanto lo siento. -te sentaste y recargaste su cabeza sobre tus piernas para revisar su nariz.
Recién había recibido un pelotazo en la nariz bastante fuerte. Claro que querías intervenir para detenerlos, pero sin duda te iría peor y no podrías ayudarlo.
Me duele mucho -dijo cerrando los ojos-
Mi lindo chico, te llevaré al doctor ¿si? Todo estará bien. - diste un beso en su frente para después levantarlo y llevarlo al doctor.
Siempre era lo mismo, el chico acabando mal gracias a los idiotas de la escuela, para que después la chica de mechas rosas lo ayudara.
(...)
Amor llegaste...- solto la de mechas rosas al oir las llave.
Te quedaste admirandolo por largo rato.
El joven se había dado una transformación gigante, sabías que se estaba dejando crecer su precioso cabello, pero ese día llego sin lentes y unos piercings que lo hacían ver mucho más guapo.
Cambie algunas cosas...- soltó algo inseguro.
Te ves divino- dijiste sonriendo.
(...)
Niragi no soportaba el hecho de verte riendo con ese chico.
Oye imbécil, tienes tres segundos para irte- dijo apuntando el arma hacia el chico.
No tardó ni medio segundo en irse corriendo.
Hola amor- dijisite de lo más normal.
Nos vamos- dijo tomándote de la cintura para irse de donde estaban.
Llegando al cuarto, su primer movimiento fue acorralarte hacia la pared.
¿Por que estabas con ese idiota? -preguntó mientras dejaba leves besos en tu cuello.
Solo se acercó a mi y comenzó a decir estupideces que me hicieron reir- dijiste soltando gemidos gracias al piercing de su lengua.
No quiero que esten juntos de nuevo, ¿entendiste princesa? -dijo bajando los besos hacia tu pecho-
L~lo prometo amor- dijiste cada vez más perdida ante sus labios.
No estuviste conmigo en todo el día- dijo mientras te abrazaba por la cintura-
Perdóname cariño, ¿Cómo te recompenzo?- dijiste mientras lo tomabas del cuello
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