No hay resumen. Jungkook se lo está inventando sobre la marcha.
"¡Yah! ¡Kim Seokjin!" Jungkook grita, impulsado por cualquier impulso que haya en él que nunca le ha permitido dejar una sola picadura de insecto sin rasguñar.
Seokjin se congela a medio paso al otro lado de la carretera, y Jungkook se queda mirando su silueta: su largo abrigo oscuro con el tercer botón desajustado y su fea mochila llena de libros de texto. El par de zapatillas blancas que odia llevar bajo la lluvia, y la lluvia que cae de su viejo paraguas negro. Las gotas de agua se quedan en las puntas de los radios con el corazón pesado, como si no estuvieran dispuestas a soltarse.
Hay demasiado espacio entre ellos. Una carretera muy transitada, llena de gente y de lluvia y de coches que pueden robarle a Jungkook las palabras antes de que lleguen al otro lado.
Pero Seokjin se detiene y se da la vuelta con un movimiento que hace que las brillantes gotas plateadas de su paraguas vuelen en arco. Pasan unos momentos antes de que vea a Jungkook al otro lado, unos preciosos momentos en los que Jungkook observa la esperanza abierta y desprevenida en el rostro de Seokjin, la búsqueda urgente y frenética en sus ojos, y piensa: ¿Cómo pudo hacerme esto? ¿A sí mismo?
"¡Jin hyung!" grita de nuevo. No le importa la anciana que está a su lado, que salta ante el repentino ruido, porque Seokjin le está mirando, por fin le mira, con los labios ligeramente separados y el pelo en los ojos, y Jungkook no puede dejar que vuelva a apartar la mirada.
Llena sus pulmones con toda la fuerza de un gorrión al amanecer.
"¡No puedes enamorarme y salir corriendo, tonto!", le grita, ignorando el jadeo de la pobre dama a su lado. "¡Duele lo mismo cuando se acaba, tanto si te caes de él como si huyes o haces como si no existiera!".
Un taxi pasa zumbando, seguido de un autobús. El viento lanza una cortina de lluvia sobre ellos como un puñado de granos de arroz a una pareja de recién casados. Los nudillos de Seokjin están blancos mientras agarran el paraguas.
"¿Me oyes, hyung?" grita Jungkook, por encima de los coches que dejan un chorro de agua tras de sí. "¡Estoy loco por ti! ¡No puedo soportar más esto! ¿Me oyes?"
"¡Sí! ¡Sí, te escucho! Lo siento." Seokjin le devuelve el grito, finalmente se quiebra, se acerca al borde de la acera y aparta el paraguas, como si eso permitiera a Jungkook oírle mejor. La lluvia se precipita inmediatamente sobre su cara, pegando su pelo a la frente en mechones húmedos, y Jungkook no puede evitar reírse.
"Siento ser un perdedor, pero tú también estás loco, ¿lo sabías?" grita Seokjin, con un aspecto tan desquiciado como el de Jungkook, quizá incluso peor por su sensato abrigo. Parece medio loco, agitando su paraguas en señal de indignación. "¡Estás bien loco!", grita, y Jungkook siente el peso de lo mucho que echaba de menos a Seokjin caer sobre él de golpe.
"¿Ah sí?" Jungkook grita de vuelta, incapaz de mantener la sonrisa de su cara. "¡Debo estarlo, ya que estoy loco por ti!"
"¡Cállate!" le grita Seokjin, medio avergonzado, con una enorme sonrisa en la cara, que Jungkook vislumbra antes de que un autobús la oculte de la vista.
"Oye, joven, creo que deberías...", empieza a decir la anciana que está a su lado, y Jungkook la hace callar.
"¡Ahora no, halmeoni!", dice, y se lleva las manos a la boca para prepararse.
En cuanto la carretera está libre de vehículos, vuelve a gritar: "¡Ven aquí y cállame tú!".
Observa cómo Seokjin aprieta y afloja los puños, la imagen de la anticipación nerviosa.
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Canto de los pájaros -kookjin-
FanfictionComo estudiante de cine, Jungkook conoce la pirámide de cinco partes de Freytag. Hay cinco partes en una trama: La exposición, la acción ascendente, el clímax, la acción descendente y el desenlace. Los personajes deben conocerse, enamorarse, confesa...