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[ H E L L E N]

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— Entonces ¿Vas o no? — repitió una vez más, mi amiga la pelirroja.

Bufé y la miré, es una chica linda, su cabello es rojizo, con pequeñas ondas en las puntas, su tez es blanca, sus ojos son entre verdes y marrones, es una mezcla rarita, pero bonita. Y, tiene dos perforaciones en cada oreja.

— No lo sé... Déjame pensarlo — dije en un suspiro mientras llevaba el vaso de capuchino a mi boca para darle un sorbo.

— Hellen, es nuestra graduación. ¿Cómo qué “déjame pensarlo” — murmuró girando sus ojos. Miré a Ben que estaba a nuestro lado.

— Sabemos que desde que murió Will no haz salido. Creo que ya es momento de que te diviertas. ¿No crees? — dijo esta vez Ben.

Bueno, digamos que tiene un poquito de razón.

— Aún no lo sé chicos — negué.

— Sólo piénsalo bien, estaremos los tres, juntos. ¿Qué puede salir mal?

[***]

— Claro que todo puede salir mal — murmuré frunciendo el ceño. — Te lo dije. — miré a Roma, la cual ella solo se quedaba mirando al pobre de Ben.

El chico de ojos azul y amarillo, cabello negro azabache, con una perforación en la oreja, ahora está todo goleado, bien. Lo sabía, en una fiesta puede salir algún herido.

— ¿Y si mejor me quitan todo esto y dejan de discutir? — habló Ben, señalando su rostro lleno de sangre.

Suspiré.

— No. Yo no te mandé a estar peleando como gilipollas. — hablé y él me fulminó.

— ¡Ese estúpido quería abusar de Roma!

Miré a Roma y ella agachó la cabeza.

— Me voy un minuto al baño y ya hay: Abusos sexuales, discusiones, peleas. Genial.

— Todo era por una buena causa.

— Bien. — volví a suspirar por cinta vez en la noche, — quítate la chaqueta y dáselo a Roma — le ordené a Ben — y tú — la señalé — ve al baño junto a la chaqueta de Ben, métela a la lavadora y trae el maletín de primeros auxilios qué tiene mamá detrás de la puerta del baño.

Roma asintió con la cabeza y tomó la chaqueta de Ben, mientras él sólo seguía gimiendo de dolor en el sofá.

— Espérame ahí — le dije a Ben y empecé a caminar hacia la cocina, tomé una toalla del mesón de la cocina y lo mojé y luego lo exprimí.

Volví a donde estaba Ben, él seguía tal cual lo había dejado, pero Roma aún no a llegado con el maletín.

Me acerqué a Ben y empecé a pasar la toalla por su rostro, quitando todos los rastros de sangre de su cara.

Les resumo: había decidido ir al baile de graduación, solo porque mi mamá me obligó y Roma y Ben también. Bueno supongo de después de todo tenían razón.

Todo iba tan bien en la fiesta, hasta que voy al baño y pasa tantas cosas mientras estuve allí.

Uno; un tipo ahí quiso abusar sexualmente de Roma, bien, creo qué ya lo había dicho.

Dos; Ben, por suerte pudo detener aquello a tiempo, Ben y él otro tipo empezaron a pelear, Ben por lo tanto no tuvo tanta suerte, pero puedo jurarles que el otro tipo quedó peor, o eso dijo Roma.

Ahora estábamos en mi casa a las 4 de la mañana, curando al idiota de Ben, bueno. El tipo ese si se merecía esa paliza.

— Aquí está — habló Roma llegando a nosotros.

Ciencia desconocidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora