Ciencia desconocida

[3]

[Hellen]

— ¿quieres jugar? — preguntó cody.

— si, claro. — respondí —¿qué juegan? — pregunté levantándome del césped.

— jugamos básquet — habló está vez zack.

— oh, que bien. no sé jugar mucho básquet — dije sinceramente.

— no te preocupes, nosotros te enseñamos, el punto es que te diviertas. — dijo zack.

yo asentí, caminamos hacía la cancha. luego de un rato zack y cody me enseñaron los primeros pasos del básquet. eran sencillos, lo bueno de mí era que siempre me aprendía las cosas rápido.

luego de jugar una partida, hubo un momento en que el estuve muy cerca de zack, y me empezó a doler la cabeza, era un dolor estúpido, pero luego de eso, me empezó a dar más fuerte escuché un fuerte zumbido en mis oídos y caí al suelo sosteniendo mi cabeza.

dolía mucho.

sentía cómo mis ojos votaban lágrimas. ¿que estaba pasando?

pude abrir mis ojos y miré qué zack estaba igual que yo, cody estaba desesperado, no podía escucharlo.

[×]

— ¿hellen? — escuché mi nombre a lo lejos. — hellen ¿estás bien? — giré mi cabeza a la de luca, miré toda la cafetería y ésta estaba toda vacía.

¿qué fue eso?

— ¿eh?

— hellen, no te encuentras bien, estás pálida, pareces papel de libros super viejo. — dijo con su tono preocupante — llevo rato llamándote, era raro ¿sabías? estabas como... durmiendo despierta, o qué sé yo. pero no reaccionabas.

me quedé mirándolo perpleja, sacudí mi cabeza y la agaché.

— ¿sucede algo? — volvió a preguntar.

no podía hablar, no sé que tenía pero sentía sed, hambre, quería dormir un rato.

— ¡hellen! — gritó luca y yo brinque del susto y pude reaccionar. — ¡mierda, hellen! ¿sabés? ¡casi me da un infarto desgraciada! — me regañó.

¿y si todo fue una imaginación? no podía ser eso cierto, zack estaba muerto.

¿y si no...?

— hellen. — volvió a llamarme al ver que no le respondía.

— ¿sabes si alguien con estos nombres; alessia... alessia james, pidió algo hoy? — pregunté.

luca me miró atónito, y parpadeó.

— n-no lo sé... — dijo entrecortado.

parecía nervioso, podía leer su expresión, y sin duda, era de miedo.

— ¿qué? — pregunté, él se señaló sus ojos.

— tus ojos... — dijo.

— ¿qué tienen mis ojos? — preocupada, miré mis ojos por el espejo que estaba a unos pasos de mi.

mis ojos ya no eran verdes claro, más bien eran unos verdes oscuros, muy oscuros, y al borde de ellos tenían un marrón clarito.

¿qué demonios estaba pasando?

— luca... ¿por qué mis ojos están así? — pregunté, y mi voz salió temblorosa.

— no lo sé. — me giré.

— bueno, no importa — dije, — ¿tienes el nombre en la lista? — hablé una vez más, desviando el tema. aunque esta preocupada por como habían cambiado mis ojos derrepente. traté de calmarme.