iv. what makes you think I'm so special.

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La primera vez que lo ví enojado, tenía diecinueve años.

Era verano. Era mi segundo año de universidad, y a Ed le faltaba poco camino para convertirse en médico. Yo tenía una beca deportiva y estudiaba leyes en la misma universidad que Ed.

Llevábamos un tiempo siendo amigos, y aunque lo veía en repetidas ocasiones todos los días, nunca pude acostumbrarme a su resplandor y calidez. Él era demasiado, él era todas las cosas buenas que la gente afirmaba existían en el mundo, y tenían razón; existían en él. Además de ser una persona hermosa, delicada y ágil, era un muchacho responsable, noble y valiente. Se mantenía siempre amable ante los demás, y siempre tenía la intención de ayudar. Trabajaba más duro que cualquier otra persona en este mundo, amaba a sus padres, cuidaba de ellos y trabajaba por ellos. Todo el tiempo estaba agotado, no dormía más de tres horas por día, pero seguía sonriendo. Seguía de pie. Seguía valiente, único y decidido.

No existía nadie en este mundo que fuera como él.

Pero las personas eran ciegas. Perdió muchos amigos, y la gente comenzó a burlarse de él por la enfermedad de sus padres. Se burlaban de su ropa, juzgaban su empleo, juzgaban la universidad en la que estudiaba, juzgaban el corazón más noble y especial que había en este mundo. Yo me sentía enojado todo el tiempo, ¿por qué las personas eran tan crueles con alguien como él?

Lo único que supe hacer fue mantenerme a su lado. Escucharlo y acompañarlo. Le ayudaba cuidando a sus padres, hacía comida para él y su familia e incluso intentaba ayudarlo con sus tareas y lo acompañaba en las madrugadas mientras estudiaba para sus exámenes. Él me agradecía todo el tiempo, no entendía que yo no quería estar en ningún lugar en el que no estuviera él. Quien debía agradecer era yo, por permitirme acompañarlo.

"Elliot, puedes ir a dormir, sé que estás cansado. No es necesario que te quedes aquí toda la noche."

Reí y lo miré fijamente "¿Acaso Eddie no quiere que me quede con él el resto de la noche?"

Él me miró y sonrió, soltó un suspiro y se dejó caer en su cama."Estoy harto de los exámenes. Lo único que me tranquiliza es que mamá y papá están mejorando de verdad, les fue bien este mes ¿no crees?"

Asentí con la cabeza, sus ojos brillaban con ilusión aunque estaba notablemente cansado "Sí, muy bien diría yo. Ya no es necesario que te preocupes tanto, Eddie. Ellos de verdad están mejorando."

Se cubrió el rostro con las manos y volvió a suspirar. Se sentó en la cama y me miró, y luego me sonrió con calidez. "¿Quieres quedarte a dormir?" Sentí calor en el estómago y pude notar cómo mi cara se ponía roja. Asentí con la cabeza y él se rió por lo bajo, y luego puso una mano sobre mi hombro. "Gracias por quedarte. De verdad, no sé qué haría sin tí."

Puse una mano en su hombro, imitandolo. Él se sonrojó; nunca había sentido tanto calor en mi corazón. "La verdadera pregunta es qué haría yo sin Eddie."

Nos miramos por un instante y él me abrazó. Aunque no era nada nuevo, siempre que me abrazaba sentía que mi cuerpo comenzaba a temblar. Le correspondí y nos mantuvimos así por un minuto antes de separarnos. "Solo estudiaré un rato y podemos dormir. ¿Estudiarás también?" Asentí con la cabeza y él regresó a su escritorio, yo me quedé en la cama y me dispuse a ojear mis notas de la universidad.

Aunque la mayoría del tiempo sentía que mi vida era miserable, cuando estaba con él me sentía como la persona más afortunada en el planeta. Realmente teníamos una dinámica, casi familiar. Éramos amigos, pero nunca sentí una vibra amistosa. Era otra cosa. Era extraño, pero lo disfrutaba. Disfrutaba estar a su lado, verlo estudiar y dormir en la misma cama que él.

Estudió una hora y decidimos ir a dormir. A veces hablaba durmiendo, un par de veces lo escuché decir mi nombre en sueños; nunca se lo mencioné. Esa noche dijo mi nombre cuatro veces, y yo dormí tranquilo y sintiendo calor.

Al otro día, preparé el desayuno y preparé su almuerzo para la universidad. Él tomó una ducha y bajó a la cocina para desayunar, me saludó dándome un beso en la mejilla, como de costumbre. Yo sonreí. Desayunamos juntos y salimos temprano para llegar a la universidad.

Todo iba bien, hablábamos sobre qué quería que le preparara para cenar, cuando alguien nos interrumpió. A mí, en realidad. Alguien me había empujado.

"Parece que Elliot no entiende, sigue buscando ser la sirvienta de Edward."

Supe quién era. Era Michelle, un compañero de Ed que por alguna razón, igual que todo el mundo, me odiaba. Pero parecía que lo que más le molestaba era que yo estuviera en la vida de Ed.

Me volvió a empujar. Yo no hice nada, ¿de qué serviría? Esto era cotidiano. "¿Te deja Ed dormir en el suelo de su sótano, acaso? ¿O por qué todos los días sales de su casa? ¿Eres su empleada doméstica?"

Estaba a punto de responder, sintiéndome cansado de la misma situación de siempre, pero alguien respondió antes que yo. Dos brazos fuertes, pero delicados, empujaron a Michelle con notable enojo. "¿Es tu asunto lo que hace Elliot en mi casa, Michelle? Por favor cállate."

Me quedé congelado. Ed me estaba defendiendo, ¿por qué alguien como él defendía a alguien como yo?

Michelle se quedó callado, no esperaba que Ed fuera quien reaccionara. "Él es perfectamente bienvenido en mi casa, a diferencia de tí. Y no tiene por qué dormir en el suelo, también es bienvenido siempre a compartir cama conmigo. ¿Cuál es tu empeño en molestarlo? ¿Te molesta que pase tiempo conmigo? ¿Es porque ayer rechacé salir contigo? Supéralo, Michelle. Déjanos en paz."

Mis oídos no podían creer lo que habían escuchado. Nunca había sentido tanto calor dentro de mí, aunque era lo que siempre sentía alrededor de Edward. Pero tampoco podía creer que Michelle lo hubiera invitado a salir, y tampoco podía creer que no me lo hubiera contado.

Michelle se quedó callado, y los pocos espectadores que se habían reunido alrededor de nosotros se reían de él. Edward rodó los ojos, me tomó del brazo y me alejó de allí.

Seguimos caminando, pero la misma voz nos volvió a interrumpir, Michelle estaba gritando "¡Nunca serás suficiente para Edward, Elliot! ¿Por qué crees que alguien como él estaría con un sucio fracasado como tú?"

Me quedé quieto. Michelle no significaba nada, pero sabía que lo que decía era cierto. Ni siquiera creía que fuera digno de caminar junto a Edward. Él también se quedó quieto, yo miraba el suelo, pero sentí cómo se separó de mí lado. Lo escuché caminar en dirección de Michelle. Giré la cabeza para observar qué planeaba hacer.

Fue la primera vez que lo ví enojado.

Llegó hasta Michelle, y sin decir una sola palabra, le dió una bofetada y regresó junto a mí. Me tomó del brazo "Vamos." y entramos al edificio principal con tranquilidad. Lo llevé hasta el salón de su primera clase como de costumbre, y antes de despedirse, se acercó a mí y me susurró "El afortunado soy yo por tenerte a tí." me dió un beso en la mejilla, y entró a su clase, con total tranquilidad.

Pasé el resto del día flotando en una nube. Terminé mis clases y entrené sin hablar con nadie. Fuí a casa, saludé a mamá, e hice una cena rápida para Edward y fuí a recogerlo a la librería. Terminó de trabajar, y caminamos hasta su casa. Cenamos, estudiamos y nos acostamos.

"No me contaste que Michelle te invitó a salir."

Ed rió, girando sobre su almohada para verme directamente a los ojos "Fue tan irrelevante que lo olvidé. Perdón."

Le sonreí y negué con la cabeza "¿Por qué le dijiste que no? Es guapo." Reí mientras lo decía.

"No entra en mi estándar." Dijo con un tono de voz indiferente, pero luego se rió. Yo también me reí y me acerqué a abrazarlo.

"Tú eres el estándar." Dije.

Me abrazó de vuelta y escondió su rostro en mi pecho. Mi corazón nunca había latido tan rápido.

"No puedo aceptar a alguien como él teniendo a alguien como tú."

Esa noche lo supe.

Esa noche me dí cuenta que estaba enamorado de Edward.

when I saw himDonde viven las historias. Descúbrelo ahora