Esta es la historia de como la mamá de mi mejor amiga y yo cambiamos cuerpos ahora mientras buscamos una manera de revertir esto nos tenemos que adaptar a la vida del otro mientras ocultamos el secreto.
Salí de la ducha y de nuevo me mire al espejo, estaba toda roja y no precisamente por el agua caliente, salí me puse la pantie, que ahora que tengo más tiempo he de admitir que es bastante cómoda, se ajusta en los lugares correctos, y la tela es muy suave, por otra parte el bra, escogí uno deportivo por la clase de Yoga que tenía en una hora, este era mucho más como a comparación con el que tenía cuando desperté, hacia que mis senos se movieran mucho menos, salí del baño para vestirme por completo, tome uno de esos pantalones de Yoga que me había dicho Betty, parecían bastante pequeños pero cuando me los puse se estiraron, y a decir verdad... Eran bastante cómodos, estaban bastante ajustados pero no me apretaban a pesar del tamaño de mi trasero y de mis piernas, y se eran tan elásticos que es como o no tuviera nada puesto... Estúpida y sensual Betty.
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Por fortuna como iba a hacer ejercicio no fue necesario tener que usar maquillaje, y espero que nunca tenga que hacerlo.
Estaba en la sala con mis cosas listas para la clase, esperando a la amiga de Betty que vendría por mi en su coche para irnos a la clase. De repente escuché el claxon de un coche y efectivamente era ella. La reconocí gracias a la foto que me había enseñado Betty.
-B-b-bi-ien- Dije muy nervioso mientras subía a su coche, al fin y al cabo seguía siendo el mismo joven tímido y asustado de conocer gente nueva
-¿Estas bien amix? Te ves palida y hay algo distinto en ti pero no sé que... ya sé, prueba este té te relajara los nervios.
-G-gracias- dije mientras tomaba el termo y le daba un sorbo
-Hoy si que estás rara amiga, nunca habías aceptado ninguno de mis té, siempre dices que no crees en la herbolaria-
-Ehhh si, bueno, es hora de probar cosas nuevas creo jeje- Ojalá no haya sonado tan sospechoso
-Si...-dijo mirándome sospechosamente- bueno en fin, fíjate que el otro día estaba en...
Vaya, eso estuvo cerca, lo bueno es que ahora ya noe deja hablar de tanto que plática, y ese té realmente si me relajó, aunque sigo nervioso creo que puedo hacer esto. Por lo poco que pude entender de todas las cosas que decía Diana es que tenía una tienda de esoterismo en el centro, vendía de todo y hablaba como una experta, no sé si sería buena idea contarle de mi situación, pero junto cuando estaba pensando eso llegamos a la clase de Yoga, había muchas señoras de todo tipo, algunas que se veían muy fitness, otras no tanto, me sentía como pez fuera del agua, pero con solo ver mi reflejo sabía que era una de ellas.
Entramos y nos pusimos en nuestros lugares, no era realmente difícil, cómo dijo Betty, solo tenía que seguir lo que hacía el maestro, aunque a veces cometía unos errores que hacían que Diana se quedara mirando de manera extraña, aunque ya pasado un tiempo dejé de cometer errores y empecé a actuar como si estuviera practicando Yoga desde hace años, además ya no me sentía tan incómoda, digo incómodo, aunque poco después de ese milagro termino la clase y volví a mi estado normal, fue raro, aunque en las últimas horas todo ha sido raro. Terminando la clase estaba todo sudado, por lo que Diana de la nada tomo una toalla y me quitó todo el sudor que tenía en la cara
