Esta es la historia de como la mamá de mi mejor amiga y yo cambiamos cuerpos ahora mientras buscamos una manera de revertir esto nos tenemos que adaptar a la vida del otro mientras ocultamos el secreto.
-Beep Beep Beep Maldición, otra vez mi alarma... Aunque mi alarma no suena así, y hoy es sábado, hoy no debería sonar mi alarma, que más da deber ser un error, debería dormir otro rato, aún me siento bastante cansado, aunque dormí mucho.
*Empieza a dar vueltas y vueltas en la cama pero no logra sentirse comodo*
Que más da! Ya me levantaré
*Se pone de pie pero al instante empieza a perder el equilibrio, como si hubieran puesto dos pesas en frente de el, y termina cayéndose*
¿¡Que está pasando!? Un momento, este no es mi cuarto, me parece familiar, debo salí... Que carajos!!!- Decía en su mente Johan mientras miraba un espejo
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-Señora Beatriz- Dije mientras escuchaba esa dulce y suave voz
Me tape la boca y empecé a temblar, esto debe ser un sueño, volteé a los lados y ya reconocí el lugar, era el cuarto de la Señora Beatriz, aunque nunca había entrado lo había visto por afuera cuando visitaba a Nicole. Mi piernas también empezaron a temblar y me senté en la cama, solo para sentir como es que ahora todo me rebotaba, desde mis ahora grandes muslos, mi abdomen relleno y por supuesto mis gigantes pechos. Todavía estaba frente al espejo, no podía creer que esa señora era yo, incluso sentí ganas de llorar.
Volví a acostarme en la cama y me cubrí por completo con las sábanas, espera do que me despertara de mi pesadilla, pero no pasaba nada, me pellizque y el resultado fue el mismo. Me senté de nuevo y otra vez vi el espejo, por más que lo quisiera negar esto en verdad estaba pasando, levante mis nuevas manos para ver qué eran pequeñas y con algunas manchas por la edad, miré hacia abajo y solo pude ver mis dos grandes pechos, no podía ver mi abdomen más que en el espejo, con mucho cuidado y lentamente lleve mis manos a mi abdomen y tomé una lonja, jamás había tenido en mi vida lonjas, era tan extraño, mis manos ahora eran muy suaves. Aún más lentamente comencé a llevar mis manos a mis pechos pero de repente escuché que tocaron la puerta haciendo que brincar del susto
-¿S-si?
-Mamá voy a salir al centro, regreso luego- Decía Nicole del otro lado de la puerta bastante molesta
Nicole, esa es Nicole! Corrí para abrir la puerta sin darme cuenta que seguía en ropa interior
-Mamá!!! ¿Que te pasa? ¿Porque sales sin vestirte?
Cerré la puerta rápidamente con la cara roja de vergüenza
-¿Bueno tienes un problema con que salga?
-N-no, d-diviértete!- Dije aún más nervioso que antes
-¿Un permiso así sin más después de la pelea de ayer? Hoy si que mamá está rara- Dijo Nicole para sus adentros
