𝐂𝐡𝐚𝐧𝐠𝐞 𝐭𝐡𝐞 𝐞𝐧𝐝𝐢𝐧𝐠| 𝐶𝑎𝑚𝑏𝑖𝑎𝑟 𝑒𝑙 𝑓𝑖𝑛𝑎𝑙
Hoshi Uchiha, primera hija del matrimonio Uchiha, una prodigio desde los 3 años, el orgullo de su familia y clan.
Y la causante de la masacre Uchiha. Enviada a otro universo por "Mada...
Amor prohibido a menores, contiene escenas explícitas, lenguaje inapropiado no aptas para menores de 18 años y si eres menor, leer bajo su responsabilidad.
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LAS RESPIRACIONES ACELERADAS y jadeos eran lo único que se podía escuchar en aquella silenciosa casa, eso era lo bueno de tener la casa —todo un barrio– sola, no tenían que preocuparse por nada, la morcha estaba de vacaciones y ningún ANBU la llamaría porque le hablaba el Hokage y sus hermanos llegarían en 3 días más, ¿Quien puede interrumpir ahora? Exacto, ¡nadie!.
El sonrojo en ambos ya era visible, podían verlo cada vez que ambos se separaban unos segundos para recuperar el aire y después volver a besarse con tanta intensidad que el aire se te escapa a fácil en unos segundos.
La morcha levantó la cabeza con los labios entreabiertos mientras pasaba saliva al sentir el aliento del hombre en su cuello, al mismo tiempo que empezaba a repartir besos húmedos en su cuello que la hacían estremecer, incluso temblar levemente, haciendo que su respiración se acelerara más y más.
Las manos del peliblanco no pudieron quedarse quieras mucho tiempo más y se metieron por abajo de la camisa de la morcha, lenta y torturosamente, recorriendo su abdomen y espalda, como si intentará recordar cada parte sin tener que verla ya que el le estaba poniendo demaciado atención a su cuello mientras ella solo hundía sus dedos en su cuello.
Sus manos volvieron a subir por debajo de la tela hasta llegar al sostén, claro que eso no le impidió tocarlos y apretujarlos tan solo un poco, lo que logro que la morcha jadeara más fuerte e hiciera que al peliblanco le entrarán más ansias de ella.
La pelinegra despego su espalda de la cama un poco y alzó sus brazos, Mikey captando aquella acción puso sus manos dónde había piel y para levantar la blusa tan solo recorrió su cuerpo sin levantar las manos, paso por su abdomen, pecho, —en el cual se permitió ir más lento— cuello y cara.
Una vez que ella no tenía blusa le quitó la camisa negra que el traía y la tiró al piso. Con un poco de fuerza logro hacer que ambos girarán de posición, quedando ella a horcajadas encima de el, sonrió y se inclinó para ahora ella empezar a besar su cuello mientras que con una mano lo agarraba de la mandíbula para hacerlo ver hacia arriba y ella tener más espacio el cual recorrer.
— Déjame a mi Manjiro, tu disfruta ¿Si? –jadeo en su oído
Beso la parte de abajo de su barbilla, desde abajo de una oreja a otra, después el cuello, —de vez en cuando jugaba con su manzana de Adán— sus hombros, su pecho y ombligo.
La morcha quitó la mano del cuello del hombre y se sentó arriba de su pelivis, el leve movimiento llamo la atención de Manjiro, haciendo que sus ojos se podrán en ella, mientras que ella bajo los tirantes de su sostén negro de sus hombros lentamente sin dejar de ver al peliblanco, haciendo que este solo se desespere más y ella sonría, al final llevo las manos a sus espaldas y desato el sostén, lo quito lentamente, solo para el.