CAPÍTULO 18: INFIERNO Y CIELO

209 15 0
                                    

POV POCHÉ

Una chispa que comenzó a arder el incendio que es Daniela Calle, pronuncié las últimas palabras y ví como sus pupilas se dilataron, bajó de una mi pantalón junto con el calzón verde que llevaba, uno de sus conjuntos favoritos y yo lo sabía estaba lista para ella, me besó la clavícula por encima de la blusa sentía que estorbaba, estaba por quitármelo cuando me detuvo.
-No señora, usted pidió que la hiciera mía y de eso sólo me encargo yo-

Se acomodo a horcajadas sobre mí pelvis desnudo y caliente, desató su cinturón de cuero y ahí entendí todo, puse mis muñecas frente a ella que hábilmente encerró él, su mirada, su respiración y la manera en la que arrastraba sus jadeos, con su voz gruesa me excitaban demasiado, levantaba la pelvis con súplica de algo de contacto, me sonrió moviendo la cabeza de un lado a otro.
-Siempre tan ansiosa María José-
Me dijo mientras bajaba el poco su pantalón dejando ver una tanga negra es nueva ella sabía que hoy me harías una maldita pervertida.
-¿Te gusta lo que ves?- se quitó la blusa quedando solo con esa tanga a juego con un bralette negro, que en ella es la maldición en persona. -Si me encanta lo que veo- baje mis manos atadas hasta sus pechos semicubiertos.
-No, no, no, no, quien decide que se hará aquí soy yo-
Levanto mis manos sobre mi cabeza dejando sus pechos en mis labios, los roce y pude sentir como se estremecía, podrá tener el mando pero sigo teniendo el control sobre ella -Quieta Garzón- tomó mi blusa y la subió hasta mis codos tapando por completo mi campo visual. -Daniela perversión Calle, ¿no me dejaras ver lo hermosa que te ves? -¿A que hora llegan Juan Carlos y Valentina? — me dijo al oído y mi cuerpo completo se herizó — ¿Amor?-
-No llegarán hoy-
Terminé de hablar y sin decir nada bajó de mi, escuché cómo dió unos pasos seguido de el cerrar de la puerta, ¿A dónde carajos fue?

Traté de liberarme pero fue en vano, ésto cada vez me resulta más exitante, se abrió y cerró la puerta de nuevo, dejó algo en la caja de al lado, subió de nuevo a mí pelvis y me quitó la única prenda que me quedaba, sentí su calor y lo húmeda que estaba ya, cuando quise moverla buscando contacto algo me hizo saltar, quemaba sobre mi pezón ya duro y caliente, sentí como caían gotas de él, me está torturando con hielo la maldita -Calle por favor- me retorcía del doloroso placer que me estaba dando, el cubo fue hacia el otro pezón y sentí su lengua caliente en el recién torturado, se movía y succionaba, su peso sobre mi pelvis me presionaba y la necesitaba dentro de mí, se derritió el cubo por completo y su mano tomó su lugar mientras me seguía retorciendo debajo de ella -Debería practicar su paciencia Srita. Garzón — Logré sentir como sonreía, maldita — ¿Dónde quieres sentirme? ¿Aquí?-
Su lengua bajó entre mis costillas hasta mi vientre, sus dos manos jugaban, apretaban y giraban mis pezones, no podría aguantar más, no verla me llenaba de exitacion, podía sentir mi entrada arder completamente mojada, una de las manos se detuvo y su lengua rozo mis labios -Maldita sea Daniela, me voy a venir así, ¡penetrame carajo! — otro hielo junto a sus dedos tocó mi entrada y enseguida llegué al orgasmo jalando fuerte de mis muñecas — ¡ENTRA DANIELA!

Me besó al momento en el que el hielo entró junto a los hábiles dedos de mi mujer, seguía teniendo espasmos cada vez que me embestía, mientras su lengua se ocupaba de la mía, la besaba entre mis gemidos y sus sonrisas de orgullo, bajó de nuevo a mí vientre mientras dejaba pequeños besos a su paso, intente safarme de la blusa para poder verla, es imposible con el placer que estoy sintiendo, su lengua se fijó en mi clítoris y mis piernas perdieron toda su fuerza, empujaba mi cadera hacia su boca, quería más, me saboreó completa mientras me penetraba deliciosamente con una mano y con la otra se turnaba mis pezones, sentía gotas de sudor correr por mi cuerpo, mordió y succionó tan fuerte que llegue al climax gritando su nombre, no paró y sentía que mi cuerpo salía y entraba de si mismo, al igual que sus dedos, jalaba de mis manos qeria liberarme, poder ver lo que estaba haciendo, salió y su lengua ocupo mi entrada, no salía voz para expresar lo que sentía, el ambiente estaba en llamas, gemí su nombre y llegué a otro orgasmo, subió lento por el vientre, mis pechos, mi cuello dejando varias marcas. -Dejame verte- logré decir con un hilo de voz mientras intentaba calmar el huracán se sensaciones qe tenía, quitó mi blusa hasta las muñecas, abrí los ojos acostumbrándose a la poca luz que había, pude ver su cabello alborotado, sus ojos brillantes con las pupilas dilatadas, sus mejillas rojas y unas cuantas gotas de sudor, podría ver esto toda mi vida y jamás me cansaría, me besó y pude saborearme en su boca, era un beso apasionado lleno de necesidad, de amor tomaba mi lengua con la suya y bailaban.

Hacerlo Suceder ~Caché~ PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora