I

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1. En este árido desierto de acero y piedra, elevo mi voz para que puedas oírla, Al Este y al Oeste hago una seña. Al Norte y al Sur muestro un signo que proclama: ¡Muerte a los débiles, salud para los fuertes!

2.¡Abrid los ojos para que podáis ver, OH, hombres de mente enmohecida, y escuchadme bien, vosotros, la multitud de seres desorientados!

3. ¡Pues yo me alzo para desafiar a la sabiduría del mundo, para pedir explicaciones a las «leyes» del hombre y de «Dios»!

4. Yo exijo razones de vuestras reglas doradas y pregunto el porqué de vuestros mandamientos.

5. No me inclino en señal de sumisión ante ninguno de vuestros ídolos pintados, y el que me diga «tú lo harás» es mi enemigo mortal.

6. Hundo mi dedo en la sangre aguada de vuestro impotente y loco redentor, y escribo en su frente desgarrada por las espinas: «el verdadero príncipe del mal y el rey de los esclavos».

7. Ninguna vetusta falsedad será para mí una verdad; ningún dogma sofocante entorpecerá mi pluma.

8. Me aparto de todos los convencionalismos que no me lleven al éxito y a la felicidad en la Tierra.

9. Elevo con severa energía el estandarte de los fuertes.

10. Clavo mi mirada en los ojos vidriosos de vuestro espantoso Jehová, y le tiro de la barba. Alzo un hacha y abro en dos su cráneo devorado por los gusanos.

11. Hago estallar el horrible contenido de los sepulcros filosóficos marchitos, y río con ira sardónica.

La Biblia SatanicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora