XII

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LA MISA NEGRA

Nada ha estado tan asociado con el Satanismo más que la misa negra. El decir que la más blasfema de todas las ceremonias religiosas no es mas que una invención literaria es una afirmación que necesita evaluarse - pero nada podría ser mas cierto.
El concepto popular de la misa negra es el siguiente: Un sacerdote renegado está ante un altar que consiste en una mujer desnuda, sus piernas abiertas de par en par y su vagina expuesta, en cada uno de sus puños cerrados sostiene una vela negra hecha de la grasa de un niño sin bautizar, y un cáliz lleno de la orina (o sangre) de una prostituta el cual reposa en su vientre. Una cruz invertida cuelga sobre el altar, y hostias triangulares hechas de pan quemado o de nabo ahumado son bendecidas metódicamente a medida que el sacerdote las unge debidamente en los genitales de la mujer que sirve de altar. A continuación, se nos dice, se hace una invocación a Satán y varios demonios, la cual es seguida por un desfile de oraciones o salmos cantados al revés o llenos de obscenidades... todo ello realizado dentro de los confines de un pentagrama (protector) trazado en el suelo. Si el diablo aparece, lo hace invariablemente bajo la forma de un hombre bastante ansioso que lleva la cabeza de un chivo negro sobre sus hombros.
Sigue a continuación un potpurrí de flagelaciones, quema de libros religiosos, cunniligus, felaciones, y besuqueo de cuartos traseros- todo ello teniendo como fondo un cantar constante de letanías de la sagrada Biblia, y profanaciones continuas de la cruz!. Si durante el ritual se puede matar un bebé, tanto mejor; porque como todo el mundo sabe, éste es el deporte favorito de un Satanista.
Si esto suena repugnante, es fácil entender el éxito que tuvieron las misas negras en mantener a los fieles devotos resguardados en sus iglesias. Ninguna persona "decente", al enterarse de tales blasfemias, podría dejar de tomar partido por los inquisidores. Los propagandistas de la iglesia hicieron muy bien sus trabajo, informando al público a su debido tiempo de las herejías y actos horrendos de los paganos, cátaros, bogomilos, templarios y muchos otros a los que, debido a sus filosofías dualistas y su lógica, a veces satánica, tenían que ser erradicados.
Las historias de niños sin bautizar que eran robados por los Satanistas para utilizarlos en su misa no solo fueron métodos de propaganda bastante efectivos, sino que también dieron a la iglesia de una fuente de ingresos constantes, cuando las preocupadas familias corrían a bautizar sus hijos para que no se

los llevaran. Ninguna madre cristiana, al escuchar de los diabólicos secuestros, dejaría de bautizar a sus hijos
Otra faceta de la naturaleza del hombre quedaba patente en el hecho que el escritor o artista, de pensamientos lascivos, podía ejercitar sus predilecciones más obscenas retratando las actividades de los herejes. El censor que vigila toda la pornografía, para saber de qué tiene que proteger a los demás, es el equivalente moderno del cronista medieval de los hechos obscenos del Satanista (y, por supuesto, su moderna contraparte periodística). Se cree que la colección más extensa de pornografía está en manos del Vaticano!
El besar el trasero del Diablo durante la misa negra tradicional, es fácilmente reconocible como el antecesor del término moderno utilizado para describir a alguien que, al adular el ego de otra persona, obtendrá algún beneficio material del sujeto en cuestión. Como todas las ceremonias Satánicas se realizaban en busca de cosas reales y materiales, el osculum imfame, (o beso de la vergüenza) era considerado un requisito simbólico para el éxito terrenal, mas que espiritual.
La creencia popular es que el servicio o ceremonia Satánica siempre se ha llamado misa negra. Una misa negra no es la ceremonia mágica practicada por Satanistas. El Satanista solo empleará una misa negra como una forma de psicodrama. Además, una misa negra no implica necesariamente que quienes la realicen sean Satanistas. Una misa negra es esencialmente una parodia del servicio religioso de la Iglesia Católica Romana, pero puede ser fácilmente aplicada como sátira de cualquier ceremonia religiosa.
Para el Satanista, la misa negra, en su blasfemia de los ritos ortodoxos, no es más que una redundancia. Los servicios de todas las religiones establecidas son en realidad parodias de antiguos rituales celebrados por quienes adoraban la tierra y la carne. En un intento de desexualizar y deshumanizar las creencias paganas, los religiosos de las creencias espirituales ocultaron el significado verdadero de los rituales bajo el blando eufemismo que hoy se considera "misa verdadera". Aun si el Satanista fuera a pasarse cada noche haciendo una misa negra, no estaría haciendo nada distinto del piadoso feligrés que va compulsivamente a su propia "misa negra" - su propia tergiversación de los ritos honestos y emotivos de la antigüedad pagana.
Cualquier ceremonia considerada una misa negra debe ser chocante y ultrajante, ya que esta parece ser la medida de su éxito. En la Edad Media, blasfemar contra la santa iglesia era algo chocante. Ahora, sin embargo, la iglesia no presenta la imponente imagen que tenía durante la Inquisición. La misa negra tradicional ya no es el espectáculo ultrajante para el diletante o el sacerdote renegado que una vez fue. Si el Satanista desea crear un ritual para blasfemar una institución acertada, con el propósito del

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