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SEXUALIDAD SATANICA

Ha habido mucha controversia en cuanto a los puntos de vista Satánicos sobre "el amor libre". A menudo se supone que la actividad sexual es el factor más importante de la religión Satánica, y que la disponibilidad de participar en orgías sexuales es un prerrequisito para convertirse en Satanista. ¡Nada más lejos de la verdad! En efecto, a aquellos oportunistas cuyo interés en el Satanismo no es otro que el de los aspectos sexuales, se les recomienda vivamente que no acudan a él.
El Satanismo defiende la libertad sexual, pero tan sólo en el verdadero sentido de la palabra. En el concepto satánico, el amor libre significa exactamente eso: libertad de ser fiel a una persona o de satisfacer tus deseos sexuales con tantas personas como creas necesario para satisfacer tus necesidades particulares.
El Satanismo no alienta actividades orgiásticas o relaciones extramaritales en personas a quienes no les nace de manera natural. Para muchas personas, el ser infieles a quien han escogido como pareja sería algo no natural y perjudicial. Para otras, sería frustrante el sentirse atada sexualmente a sólo una persona. Cada persona debe decidir por sí misma qué tipo de actividad sexual se ajusta mejor a sus intereses. El forzarte a tí mismo a ser adúltero, o a tener pareja sexual cuando no estás casado sólo por querer probar a otros (o pero aún, probarte a ti mismo) que ya estás liberado del estigma de culpabilidad, es tan erróneo -- según los parámetros del Satanismo -- como abstenerte de satisfacer tus deseos sexuales debido a sentimientos de culpa arraigados.
Muchos de quienes están preocupados constantemente con demostrar su emancipación de la culpa sexual, en realidad están atados por una esclavitud sexual aún mayor que aquellos que aceptan la actividad sexual como una parte natural de la vida y no hacen tanta alharaca de su libertad sexual. Por ejemplo es un hecho establecido que la ninfómana (la mujer de los sueños de todo hombre, y protagonista de toda novela erótica) no es libre sexualmente, sino que en realidad es frígida y va de hombre en hombre porque está tan inhibida que no es capaz de tener una descarga sexual satisfactoria.
Otra idea errónea es que la capacidad de tener actividad sexual en grupo es un indicio de libertad sexual. Todos los grupos de sexo- libre tienen una cosa en común: No admiten actividad sexual fetichista o desviada.

De hecho, los ejemplos más reforzados de actividad sexual no- fetichista catalogados sutilmente como "sexo libre" tienen un formato en común. Cada uno de los participantes en la orgía se desviste, siguiendo el ejemplo de alguien, y fornican mecánicamente -- siguiendo el ejemplo del líder. Ninguno de los participantes considera que su forma de sexo "emancipado" pueda ser vista como algo regimentado e infantil por quienes no son miembros, incapaces de igualar la uniformidad con la libertad.
El Satanista se da cuenta que si ha de ser un 'conocedor del sexo' (y estar libre de la culpa sexual), no puede sentirse atacado por los supuestos 'revolucionarios sexuales' más de lo que puede sentirse atacado por la mojigatería de su sociedad culpabilizada. Los grupos de 'libertad sexual' no entienden lo que la libertad sexual representa en realidad. A menos que la libertad sexual pueda expresarse a nivel individual, (lo cual incluye fetiches personales) no hay objeto en unirse a una organización de libertad sexual.
El Satanismo aprueba cualquier tipo de actividad sexual que tienda a satisfacer adecuadamente nuestros deseos individuales, ya seamos heterosexuales, homosexuales, bisexuales e incluso asexuales, si es por eso por lo que optamos. El satanismo aprueba también cualquier fetichismo o desviación que acreciente la calidad de nuestra vida sexual, siempre que en ello no se vea inaplicado alguien que no lo desee.
El predominio de conductas desviadas y/o fetichistas en nuestra sociedad haría estremecer la imaginación de quienes son sexualmente ingenuos. Hay más variantes sexuales de las que pueden percibir los que no están versados en materia sexual. Ahí está el travestismo, el sadismo, el masoquismo o el exhibicionismo -por no citar sino unas de las pocas desviaciones más predominantes. Todo el mundo tiene alguna forma de fetiche, pero debido a que no se dan cuenta de la actividad fetichista que reina en nuestra sociedad, creen que si se someten a sus anhelos "antinaturales", son unos depravados.
Incluso el asexual tiene una desviación: su asexualidad. Es muchísimo más anormal tener una carencia de deseo sexual (a menos que se trate de un caso de enfermedad, de edad avanzada o de cualquier otra razón válida haya causado la disminución sexual) que ser sexualmente promiscuo. Sin embargo, si un satanista opta por elegir la sublimación sexual prefiriéndola a cualquier otra expresión sexual abierta, eso es asunto suyo. En muchos casos de sublimación sexual (o de asexualidad), cualquier intento por emanciparse sexualmente podría tener resultados devastadores para el asexual.
Los asexuales son invariablemente individuos que están sublimados sexualmente por sus empleos o por sus aficiones favoritas. Toda la

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