Inicio del presente

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Comenzaba el amanecer en la sabana, y en un área algo apartada del abrevadero en la reserva en Kenya, un león de pelaje dorado dormía debajo de un árbol, enroscado y hecho ovillo por si alguien lo encontraba, no lo atraparan con el rostro lleno de lágrimas.

La 'ruptura' con la chica que había robado su corazón por primera vez lo había hecho apartarse un poco de todos desde hace unos días, y el día anterior, salir técnicamente huyendo del área del abrevadero luego de las palabras de uno de sus amigos.

"Hermano pero porque lloras, pensé que ni siquiera iban en serio viejo...."

Aquella frase que si bien había sido dicha con fin de animarlo de parte de su angustiado amigo cebra al encontrarlo llorando desconsolado detrás de una roca, más bien había hecho que abriera los ojos al respecto, dándose cuenta que era verdad, ella ni siquiera lo había tomado en serio, pero él ni siquiera se había dado cuenta, lo cuál solo hacia que doliera aún más. Además de ser algo vergonzoso, ya que cómo había dicho su madre, no la conocía realmente de más de una semana, sus dos padres y todos sus amigos le habían advertido que se estaba emocionando demasiado, pero él realmente idiotizado había hecho oídos sordos a todos.

Cuando la luz del sol finalmente traspaso una rendija entre sus brazos, éste comenzó a despertar con un quejido de fastidio, levantando los brazos para mirar a su alrededor, saltando en su lugar luego de varios segundos al darse cuenta que había amanecido y él seguía ahí...

Por un buen rato se dedicó a simplemente sentarse dónde estaba viendo el amanecer, con una pequeña lucha interna sobre si regresar o no, en parte por seguir algo avergonzado, además de aquel sentimiento de querer estar solo aún, y aquellas lágrimas que si bien creía que no tenían sentido, no podía detener...

"P-papá tiene razón, e-estoy siendo infantil... debería regresar ya... mamá, y mis amigos se van a preocupar...", murmuró para sí mismo limpiando su rostro antes de levantarse, pero el sonido de alguien acercándose lo hizo detenerse con el oído alerta, y casi dió un salto en su lugar al ver asomarse a otro felino justo detrás del árbol en el que había estado, otro león, con un lindo pelaje café claro, casi blanco.

"¿Porqué lloras dulzura?" La voz de aquel macho era realmente suave, reconfortante...

"Es.... es estúpido...", respondió Alex en tono algo cortante antes de comenzar a caminar para alejarse del extraño, pero casi de inmediato aquel león lo tomo de la mano. "No creo que lo sea si lloras de ése modo, aunque el motivo sea estúpido, no deberías invalidar tus sentimientos precioso..."

"Créeme ya lloré lo suficiente... ni siquiera soy una chica para llorar por mi p-prim-mera-a....", se detiene pasando saliva al sentir el nudo en su garganta y las lágrimas regresar a su rostro, volteando la cabeza con algo de vergüenza por estar frente a un extraño.

"Ow... no me digas, ¿le entregaste tu primera vez a alguien que ni siquiera te tomaba enserio? Si, éso sucede... muchos prefieren tener sexo sin compromiso dulzura, ¿No lo dejaron claro desde el principio?"

Con renovadas lágrimas e intentando reprimir un nuevo fuerte sollozo Alex pasó saliva negando, dejando que el desconocido siguiera hablando, "Supongo que debió doler... entiendo tus lágrimas cariño..."

Ante el suave tacto de una caricia en sus manos, acompañado de aquellas palabras, el estado de ánimo bajo del león lo hizo asentir en su dirección lanzándose a abrazarlo comenzando a sollozar en voz alta nuevamente ignorando por completo su vergüenza, mientras el otro acariciando su melena se sentaba en el suelo con él nuevamente... "Ya dulzura... tranquilo... ésto suele suceder cuando no sabes mucho sobre cómo funciona el mundo... ¿creciste con humanos verdad?"

Subestimado (+18 Madagascar Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora