Un día como cualquier otro Clara despertó y empezó su rutina, acomodó cosas de la casa, preparó la comida para sus padres y hermanos, y espero a que llegaran para comer todos juntos. Almorzaron en silencio, como era costumbre, luego cada quien se dirigió a su habitación excepto ella, Clara se quedó unos minutos más en la mesa mirando esas sillas vacías que hacía instantes estaban ocupadas. No quería moverse de su lugar, sabía que al pararse haría lo mismo que los demás, refugiarse en su habitación.
Claro que ella estudiaba y trabajaba los fin de semanas pero aún así cada vez que estaba en su casa solo sentía lo insignificante que era. Todos en esa casa vivían su vida separados de ella, entre todos hacían buena relación pero con ella era diferente. Clara no era más que quien hacía lo que pedían y el chivo expiatorio en quien depositaban sus enojos y mal humores. Eso era o al menos eso sentía, se miraba al espejo y veía una simple palabra: "insignificante", estaba cansada de eso pero el problema era que se lo había creído y ahora no era capaz de accionar.
Sabía que dependía de ella el borrar ese rotulo de su frente, lo sabía muy bien, lo intentaba con todas sus fuerzas a veces le salía y otras veces no. Pero no importa cuántas veces falló porque hasta él día de hoy continúa intentándolo y esa marca de su frente se va borrando poco a poco. Algún día logrará quitarla por completo, cómo lo sé? Sencillo, ella creé que lo hará.
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Una Parte De Mi
PoesíaNo es más que una extensión de lo que siento, de pensamientos, sentimientos e ideas que me ahogan. Son solo deseos puestos en palabras, sueños que residen dentro pero no encuentran lugar fuera de mi. No es más que el encuentro físico de una lucha i...
